el chico de al lado │esp.

Capítulo 1

Después de unas largas dos horas, me despierto de lo que fue una de las mejores siestas que tuve en mucho tiempo.

Eran las seis de la tarde y el cielo ya se estaba poniendo oscuro.

Mientras me peinaba el nido que tenía, escuche unas carcajadas en el primer piso.

Por curiosidad, me dirigí hacia donde provenía este sonido.

Ya abajo me di cuenta que las risas venían de la sala, por lo cual fui directo a ella.

Cuando entro, me sorprendí de lo que mis ojos estaban presenciando.

Estaba mi padre, obviamente, ya que vive en esta casa, pero había cinco personas más que no.

Si, son las cinco personas que están pensando, mis queridísimos vecinos.

Dentro de ellos, el chico pelinegro de ojos azules que hacia un par de horas me había lanzado un beso. Si, ese mismo.

- ¡Cassie! - Me anuncia mi padre, haciendo que las personas presentes me miraran fijamente a mi - Por fin despertaste, cariño.

- Si, estaba cansada, lo siento. - Respondo con una mueca.

- Mira, ellos son nuestros nuevos vecinos. - Me dice - Se mudaron a la casa de al lado, la que era de la señora Harrison.

- Ah..qué bueno. - Digo con una pequeña sonrisa.

- Para romper el hielo, me presento...- Empieza diciendo mi vecina con una sonrisa cálida - Soy Alicia Moretti. - Me da la mano, a la cual yo correspondo - El es mi esposo, Francesco Moretti y mis tres hijos, Lorenzo, Leonardo y Lisandro.

- Mucho gusto, soy Cassandra. - Me presento mientras me sentaba en uno de los sillones individuales de la sala - Pero todos me dicen Cassie.

- ¡Que belleza de nombre! - Dice Alicia - Como te darás cuenta a mi esposo y a mí nos gustan los nombres con la letra L...

Le sonrío - Si, mi padre tiene algo con las doble s. - Digo abriendo los ojos y luego miro en dirección a mi progenitor - Mis dos hermanos menores se llaman Alessandro y Alessandra.

La señora abre los ojos sorprendida y luego larga una pequeña sonrisita.

- ¿Son gemelos? - Una voz rustica y fuerte se hace presente, la del señor Moretti.

- Si, con mi exesposa decidimos ponerles así porque no encontrábamos otros nombres con doble s realmente. - Responde mi padre medio incomodo y vergonzoso.

- ¿Y cómo los diferencian? - Pregunta uno de los tres chicos, parecía ser el menor de los tres hermanos, este a diferencia del chico especialista en lanzador de besos, su pelo era rubio y brilloso, unos ojos verdes de ensueño y era bastante pálido, de hecho, era igual a su madre, Alicia.

Todos los presentes nos reímos ante su pregunta bastante obvia.

- Uno de los gemelos es hombre y el otro es mujer, hijo. - Dice gracioso el señor Moretti.

El chico de ojos verdes levanta las cejas y asiente cabizbajo con un poco de vergüenza.

A todo esto, agradezco que ninguno haya preguntado por Kendra, mi madre.

Hacía bastante nos había abandonado, fue dos semanas después de que los gemelos nacieran.

Se fue porque según ella, no era una buena madre. Y eso es en lo único que ella y yo estamos de acuerdo.

Abandonó a un padre que tuvo que tomar el rol de madre también porque ella nunca lo fue, a una niña de 8 años y a dos bebés recién nacidos, solo por un hombre que tenía mucha más economía que nosotros.