❝Me prometí a mí mismo que nunca jamás volvería a verte llorar.❞
→ Nyoko no recordaba haber llorado nunca. Desde que perdió los recuerdos de su traumática infancia, su vida había parecido tomar un camino normal y tranquilo. Pero todos los secretos d...
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CONCIERTO.
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━Tendremos un festival cultural.
Con aquellas palabras por parte de Aizawa, el tenso ambiente que hubo hasta ese momento en la Clase A desapareció por completo. Sus compañeros comenzaron a levantarse y a gritar de la emoción, y en cuánto sus delegados salieron al frente del aula para apuntar sus ideas, el pizarrón se llenó de ideas por completo. Cuándo llegó el turno de preguntarle a la pelinegra lo que recomendaría para hacer una buena actividad, Nyoko no tuvo que pensárselo demasiado.
━Una casa embrujada.━dijo sin duda alguna, aún con la imagen de la película de terror que vio la noche anterior en mente. Aunque si era realmente sincera, quería asustar a sus amigos, y no tendría que hacer mucho porque según Shinso su cara por las mañanas era ya terrorífica; sin embargo, lo mismo podría decir ella del pelimorado.
Para el final de la clase no se pudo decidir una idea en concreto, por lo que su profesor dejó que lo decidieran más tarde o si no él mismo tomaría la iniciativa, cosa que aterraba a sus alumnos. La Suzuki se ajustó su bufanda y guardó su cuaderno con algo de dificultad, ya que su brazo y hombro aún estaban recuperándose y debían reposar por consejo de su padre. Pero al momento de tratar de tomar su propia mochila, alguien más se le adelantó.
Nyoko parpadeó repetidas veces antes de girarse y mirar con los ojos entrecerrados al pecoso, quien cargaba también con su mochila y le sonreía como si no sucediera nada.━Izuku, ¿puedes darme mi mochila?━preguntó, a lo que este ladeó la cabeza confundido tras escuchar sus palabras.━¿Por favor?━añadió pensando que, como de costumbre, las palabras dulces servirían con él.
━Pero... tu brazo aún está mal.━señaló preocupado de que pudiera hacerse más daño, aún sabiendo bien que para poder derrumbar a alguien tan resistente como ella era necesaria una fuerza más que sobrehumana.
━Todavía tengo un brazo sano, puedo cargar mi mochila sin problema.━respondió alzando levemente su otro brazo sin apenas dificultad, a lo que el pecoso no pudo hacer más que poner una expresión decepcionada en su rostro. Tan solo quería actuar de forma caballerosa, por lo que al notar su desilusión la pelinegra decidió cambiar de idea.━Está bien, pero solo esta vez.━se rindió al ver nuevamente sonreír a Midoriya, una de sus debilidades.
