𝘌𝘭 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘰 𝘣𝘢𝘳𝘤𝘰

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Unos días pasaron desde todo lo ocurrido en la fiesta. Yo no podía evitar pensar en Chanyeol, y lo cerca que estuvimos de darnos un beso. Mi instituto había organizado un viaje de dos días al campo, y yo decidí no presentarme. No quería ver a Chanyeol y mucho menos a Seongwu, que seguro se burlaría de mí. El viaje había terminado hoy, por lo que ya estarían de vuelta en Seul. Me quedé horas viendo la tele, y a continuación, me fui a mi habitación a dormir. Sabía que iba a ver tormenta durante la noche, por lo que miré un rato por la ventana de mi habitación, y me fijé en cómo las nubes grises se aproximaban.

Eran las dos de la mañana y estaba tumbada en mi cama, sin poder conciliar el sueño. Mi cabeza seguía pensando en la noche de la fiesta. De repente, un fuerte trueno sonó, y me asustó. Era la primera vez que estaba sola en casa durante una tormenta, y en el fondo sentía un poco de temor.

Escuchaba como la lluvia caía sin parar, supuse que no iba a dormir, así que bajé a la primera planta con una vela que portaba. Oí que tocaron la puerta principal, creía que eran los árboles golpeando la casa por el viento, hasta que sonó otra vez. ¿Qué sería? ¿Un animal? ¿O quizás un ladrón o un secuestrador? El miedo se apoderó de mí, y salté del susto al escuchar que alguien me llamaba a mi móvil. Eché un vistazo y era Chanyeol. Qué raro.

-¿Chanyeol? -contesté.

-¡Soomi! Sé que no quieres verme, pero necesito hablar contigo, es urgente.

-Son las dos de la mañana, ¿Qué haces despierto?

-No he podido dormir desde que sé una cosa. Realmente necesito que hablemos-se escuchaba como si estuviera afuera, bajo la fuerte lluvia.

-Está bien, dime -suspiré sin energías.

-No por el teléfono, estoy fuera de tu casa. Dije que necesitaba verte, así que vine hasta aquí.

-¿Qué? ¿Estás loco? ¡Hay una tormenta ahí afuera! ¡Es peligroso! -corté la llamada.

Me apresuré para abrir la puerta, y Chanyeol entró todo empapado por la lluvia, y se apoyó en sus rodillas. Parecía cansado como si hubiera corrido.

-Chanyeol, si necesitabas hablar conmigo en persona. Podrías haber esperado hasta mañana, cuando la tormenta ya hubiera pasado.

-Sí, pero no quería esperar más -se volvió a poner derecho.

Corrí hacia el baño a por unas toallas. Regresé con ellas y se las di.

-No podrás quedarte con la ropa mojada por mucho tiempo. Quítate la camisa -le ordené y él se quedó atónito.

Subí a mi habitación a por ropa que pudiera prestarle. Me acordé cuando él hizo lo mismo por mí, la noche que me quedé en su casa, y una sonrisa se formó en mi rostro. Tomé ropa grande que me había comprado y no me había cabido. Bajé de nuevo, y vi a Chanyeol sin camisa. Miré hacia otro lado tontamente, y le entregué la ropa. Chanyeol tenía muy buen cuerpo, sus abdominales delataban que hacía ejercicio. Le indiqué el baño, para que se cambiara ahí, y en unos minutos después, regresó.

-Ven, siéntate. Te ayudaré a secarte el pelo -ordené una vez más.

Chanyeol se sentó en el sofá como perrito obedecedor, y yo puse una de las toallas en su cabeza. Se quedó quieto, mientras yo pasaba la toalla en su cabello.

-Soomi... —Chanyeol habló al fin.

—¿Qué? —Lo miré atentamente para que continuara.

—Yo... sé todo lo de Daeho -soltó.

Al escuchar ese nombre, me aparté de él.

-¿Qué dices? ¿Quién te lo dijo? -me quedé observándolo angustiada.

"beloved night" | CHANYEOL, KAI. Where stories live. Discover now