Soomi es una vampiresa, fría y rebelde hasta que conoce a Chanyeol, un humano. Los dos crean una bonita amistad, y quizás un romance, que no es deseado por Soomi, debido a su pasado amoroso. Ella es la heredera al trono en el condado rumano de vampi...
Bajé del taxi y subí unas escaleras con dirección al club nocturno. Al entrar, me encontré con mucha gente como lo hacía normalmente. Me miraban de arriba abajo por el vestido corto que llevaba, era negro y muy bonito. Pasé por la barra y le di una señal desde lejos a mi amiga, que estaba al otro lado de esta. Tomé el vaso que había en el mesón, y caminé hacia mi cita: Taeseok.
—Hola. Perdón por tardar tanto.
—Por fin estás aquí. Estás estupenda. Sentémonos en este sofá de aquí— indicó al mueble que estaba cerca de nosotros. Nos sentamos y volví a hablar.
—Siento que hayas esperado mucho, tuve un percance. Pero bueno, cuéntame, ¿a qué te dedicas?
—Soy técnico, y estoy estudiando inglés a la vez.
—Inglés es muy importante para tu carrera ¿Dónde estudias?
—En una escuela cerca de mi casa. No te recomiendo que vayas ahí al menos que quieras toparte con gente como mi ex —reaccioné sorprendida por su comentario.
—¿Tu ex? ¿Cómo es?
—Esa mujer es horrible. No es buena en la cama, y encima se negó a hacerlo muchas veces. ¿Por qué? ¿Tanto la cansaba? —yo abría los ojos como platos, al escuchar todo lo que decía—. En cambio tú... Estás buena y eres más guapa que ella —acarició mi brazo derecho y me empezé a sentir incómoda en cuanto lo hizo —. ¿Por qué no nos vamos a la habitación de allí y...? —dejó de acariciarme para posar su mano en mi cintura. Ese gesto me paralizó por completo. Él se acercó para besarme, pero reaccioné antes y lo evité —¿Me acabas de hacer la cobra?
Me observó serio y yo tragué saliva.
—¿Por qué no... tomas esto y luego vamos a dónde tú quieras? —le dí el vaso que había traído y sonríe para ocultar mi nerviosismo.
—De acuerdo, preciosa —al fin pude librarme de él.
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Él chico se despertó y se dió cuenta de que no tenía camisa y estaba atado a una silla en mitad de la calle.
—¿Qué? ¿Qué hago aquí?
—Has despertado bello durmiente —me acerqué a él dejando una distancia segura.
—¿Tú? ¿Tú has hecho esto?
—Ehh... sí —afirmé. Las personas que pasaban se quedaban a contemplar la escena.
—¿Por qué? Yo pensaba que me querías —hablaba preocupado.
—¿Yo? ¿quererte? No de la misma forma que Hwasa te quería, lo siento.
—¿Hwasa? ¿La conoces? -—miró por todos lados —. ¡Tú! ¡Eres una...! —se calló cuando le tiré un vaso de agua en la cara.
—¿Qué me ibas a decir? ¿No es esto lo que le hiciste a ella una vez? Siento pagarte con la misma moneda.
Me puse mis gafas de sol y sonreí de lado. Taeseok se levantó como pudo y salió llorando de ahí como un niño pequeño. Algunas personas me felicitaban y otras no tanto.
