❝𝓑𝓲𝓼𝓸𝓾𝓼 𝓪𝓾 𝓶𝓲𝓮𝓵 ❞

16

Pudo ver aquel bosque antes de sumergirse en el mar, sintió las olas chocar contra su espalda hasta que finalmente cedió y cerró sus ojos, hundiéndose en el lugar donde siempre debió estar, esperaba sentir el agua inundar sus pulmones y la arena acariciar su espalda al llegar al fondo, tal vez no estaría ahí si no se hubiese equivocado, los pinos y el viento no estarían burlándose de ella y no tendría que ahogarse en aquella playa frente al bosque.

Pero nada pasó, cuando sintió que su último aliento escapaba de sus labios un ruido la interrumpió y al levantarse de la cama otra vez lo escuchó.

Cuidadosamente se acercó a la ventana pensando que para Kazzia no había sido suficiente hacerle una sola visita nocturna, pero al retirar las cortinas aparecieron unos ojos bermellones que le recordaban a todo un otoño.

Estaba tan sorprendida que sólo salió de ese estado cuando Charlotte levantó su mano y sonrió en señal de saludo, la omega abrió la ventana y se alejó dejando el paso libre para que la mayor entrara y cuando ella finalmente lo hizo, Callie se le acercó abrazando su cintura y posicionando su cabeza en el pecho de la persona a la que había extrañado con todas sus fuerzas.

-¿Qué haces aquí? no importa, lo siento mucho Charlie, lo siento tanto -dijo sin preocuparse por controlar su llanto- siempre hago eso, siempre huyo de mis sentimientos, me arrepiento tanto de lo que pasó ese día, me arrepiento de todo lo que he echo desde el día en que nos conocimos.

Sentía el cuerpo de Charlotte moverse suavemente contra ella, había tanto silencio que podía escuchar a la mayor respirar con nerviosismo.

-Bueno, no de todo, jamás me arrepentiría de abrazarte, ya no quiero estar sin ti, ya no tengo miedo de nada, cualquier cosa que vaya a pasar la aceptaré, necesito tenerte conmigo -había estado muriendo por ella, no iba a dejar que se fuera por nada en el mundo, aunque la alfa no tenía intenciones de irse, Callie se sentía tan insegura en ese momento que dudaba hasta de saber de que color eran sus propios ojos.

-No me voy a ir ma petite fleur -fue lo primero que dijo- Perdóname tú a mi, hay tantas cosas que te quiero decir, que siempre te quise decir pero a penas tengo el valor de hacerlo -besó la cabeza de la omega, notando como sus feromonas aumentaban, haciendo que las suyas comenzarán a hacerlo también- De echo este valor ni siquiera es mío, tuve que tomar un par de botellas antes de animarme a venir.

Callie sonrió mientras se alejaba levemente de la más alta y la sujetaba de los hombros empujandola hacia abajo para que tomará asiento en su cama, cuando por fin lo hizo, la menor aprovechó para sentarse en su regazo.

-Dime todo Charlotte, tu voz es el único sonido que puedo escuchar.

La escucharía hasta que las palabras se le acabarán o hasta que su madre irrumpiera en su cuarto por la cantidad de feromonas que estaban soltando.

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Este capítulo se lo dedico a cualquier persona que haya creído que no volvería a actualizar 😼 (a mi misma, básicamente).