nuestros últimos días - extra.

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16/08/14

―¡Mamá!

Jeongsan corre sonrienre hacia su mamá en la entrada trasera de la cama, y al llegar frente a ella alza sus manitos llenas de tierra.

―¡Mira mamá, un chanchito de tierra!

La mujer pasa su mano por los cabellos lacios y marrones de su hijo mayor y ríe. Su otra mano descansa en su barriga redonda por el embarazo de seis meses.

―Que bien mi amor. ¿Y dónde está tu hermana? Sabes que es pequeña, se puede lastimar si la dejas sola.

Jeongsan asiente.―Tienes razón mamá, voy a traer a Eunchae. Está jugando sola en la caja de arena.

―Perfecto, gracias mi pequeño hombrecito.―Acaricia su mejilla antes de que él niño se de media vuelta y vuelva por donde vino.

A lo lejos ve a su hijo llegar hasta su hermanita en la caja de arena haciendo un castillo con baldes de plástico. Él le dice algo y la niña asiente para levantarse, sacudir su ropa y tomar la mano de su hermano mayor. Al cabo de unos segundos están frente a ella.

―Buen trabajo, amor.―Ella besa su cabeza. Toma la mano de su hija.―Vamos adentro, ya está lista la comida y papá está colocando la mesa.

Los tres ingresan a la casa Sung, impecable y ordenada por dentro. Fotos familiares, de Jeongsan en su primer día de escuela y a Eunchae en su recital de ballet infantil. Una foto del casamiento de Hyejin y Hanbin. Todas encima de la chimenea.

―Estaba por ir a llamarlos.

Hanbin dice con una sonrisa tranquila en el rostro, las manos con cubiertos para colocar en la mesa.

―Ya estamos aquí, descuida. Niños, vayan a lavarse sus manos antes de comer.

―¡Sí, mami!―Dice Eunchae. Jeongsan solo asiente.

Hyejin asiente para sus niños y ellos salen apresurados al baño para lavarse las manos. Vuelve a su esposo, le sonríe y se acerca a él. Hanbin deja los cubiertos en la mesa y deja un beso en sus labios.

―¿Cómo estás hoy?―Le pregunta en voz baja para que los niños no escuchen a pesar de estar a metros en el baño de la sala.

Su sonrisa se ve forzada.

Ella sabe qué le preocupa.

―Unos cuántos mareos pero todo en orden.―Dice acariciando su mejilla para tranquilizarlo.―¿Y tú? ¿Qué tal el trabajo? Por cierto, me alegra que Jiwoong te haya dejado venir a almorzar con nosotros.

Hanbin sonríe más relajado y se separa de ella para volver a tomar los cubiertos y repartirlos por la mesa.

―Bien. Jiwoong espera cerrar un trato con una empresa de Busán, justo hoy estuvo en reunión con los dueños. Como su asistente, yo estuve también en la reunión y la verdad, se vio un éxito. Esperamos pronto trabajar con ellos.

Ella sonríe.―Y decías que postularte a ser asistente sería mala idea. Tiene un gran jefe y buen amigo, cielo.―Ella acaricia sus hombros para caminar con cuidado hasta la cocina y empezar a sevir los platos.

―¡Tenías razón!―Exclama Hanbin desde el comedor, sacándole una risa a Hyejin.

―¡Espero que algún día llegues a ser vice-presidente!―Dice ella alto para que su esposo la escuche.

―¡También lo espero!―Le responde de la misma forma el hombre.

Los niños llegan. Jeongsan ayuda a llevar los platos mientras Eunchae y Hanbin esperan sentados en la mesa. Al cabo de unos momentos ya están todos en la mesa comiendo y charlando como siempre.

cenizas de un amor ✧ haobinWhere stories live. Discover now