capítulo 26.

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Siete días pasaron, una semana entera.

Las cosas parecen ir con normalidad, porque el ruido de risas y pisadas corriendo volvieron a llenar el hogar de los Sung.

Luhan llega corriendo y se aferra a su pierna derecha; Ren a la izquierda. Tambalea un poco.

Suelta un risa hacia sus hijos.―Niños, ya me tengo que ir, los veré muy pronto...―Acaricia sus cabellos.

―¡No papá! ¡No te vayas, te queremos!―Suplica.

Zhanghao se cruza de brazos y acaricia su propia mejilla. Se nota preocupado.―¿Es muy necesario que vayas? Pensé que Jiwoong iría con...

―¿Gunwook?―El peliazul asiente.―No, al parecer ocurrió un percance de última hora así que me llamó a mí.―Suspira viendo los ojos llorosos de sus hijos.―Se supone que ya no tendría que ir a estos viajes, se lo dejé muy en claro a Jiwoong pero si Gunwook no puede me corresponde a mí.

Zhanghao asiente y hace una mueca triste cuando ve a los gemelos aferrarse más a su papá. Sube la mirada hasta los ojos de Hanbin que le piden ayuda para manejar a los niños.

Exhala con pesadez.―Vengan niños, dejen a su papá. Debe ir a trabajar.―Se agacha a su altura para suavemente retirar sus bracitos de las piernas de su papá.

Ren se aleja con un pucherito en sus labios mientras Luhan pasa de aferrase a Hanbin para rodear sus brazos en la pierna derecha de Zhanghao, ocultando su rostro en su muslo.

El peliazul acaricia sus cabellos y se pone a la altura de Hanbin.―Te vamos a extrañar.

―Será solo una semana, lo prometo.―Se acerca a él con maleta en mano, para dejar un beso en sus labios.―Esta vez no saldré del país, solo iremos a Busan. Tenemos una reunión con una tal Minggi que desea hacer un contrato con nosotros.

Zhanghao asiente y acomoda su corbata.―Bien. Ten cuidado, y duerme bien. Llámame en cuanto llegues, ¿Sí?

Hanbin sonríe.―Claro.

Lili hace presencia olfateando a Hanbin para luego pedir caricias; lo logra.

―Lili, cuidalos por mí.―Le pide acariciando sus orejitas marrones.―Buena niña. Te veré al volver.

Ren se acerca para recibir su beso en mejillas y frente. Luhan se aleja tan solo un poco de Zhanghao para poder recibir besos en toda su carita.―Portense bien y obedezcan a Zhanghao, ¿Okay?

Los niños asienten con los ojos llorosos. Hanbin se acerca a su esposo.

―Adiós amor.―Deja un rápido beso en su frente y sale de casa rumbo a encontrarse con Nam en el aeropuerto.

Zhanghao suspira en el marco de la puerta. Tiene a ambos niños aferrados a él y a Lili a su lado mientras ven a Hanbin subir a su auto.

Jeongsan y Eunchae no pudieron estar para despedirse pues ellos se quedaron en una reunión de la escuela. Hanbin fue llamado de imprevisto a las once de la mañana, y ahora parte al aeropuerto a las tres de la tarde.

Ah, ahora él está a cargo de la casa y los niños... otra vez.

✹✹✹

―Ughhh ¿Porqué me odias?

Se queja hacia su computadora y cansado frota sus ojos. El documento que estaba escribiendo se borró mágicamente. Qué estresante.

Sus párpados se cierran solos, está muy cansado.

Cada que Jiwoong sale de Seúl por negocios a él le deja papeles que necesitan atención y lo tienen despierto hasta altas horas de la noche y hasta madrugada.

Agarra su cabeza y apoya lo codos en su escritorio. Suspira rindiéndose. Necesita dormir.

Pero alguien toca su puerta.

―¿Sí?

―Eh... ¿Puedo pasar? Soy Jeongsan.―Escucha una voz detrás de la puerta.

―¡Pasa!

La puerta se abre y ahí está en adolescente en su ropa de dormir.

―¿No deberías estar durmiendo? Son las...―Mira la hora en su computadora.―Tres de la mañana.

Jeongsan asiente.―No podía dormir y quería venir a hablar contigo...

―¿De que quieres hablar?―Bosteza.

El más joven observa lo notablemente cansado que el mayor se encuentra. Se notan ojeras bajo sus ojos y estos mismos lucen apagados, como si rogaran por un poco de descanso.

La punta de su lengua hace presión en su mejilla interna.

Hace ese gesto cuando algo le preocupa o no le gusta. En este caso es ambos.

―Luces muy cansado.

―Ah, sí... Tu tío Jiwoong siempre me deja trabajos extra cuando él no está. Para que la empresa siga funcionando aunque él esté fuera de Seúl.―Ordena los papeles en su escritorio y bosteza.

«Él me habla como siempre, con cariño, como si yo no lo hubiera lastimado...»

―¿Entonces de qué quieres hablar?

«Sobre la estupidez que hice contra ti, lo siento mucho por todo Zhanghao...»

Nada sale de su boca, como si las palabras se hubieran atascado en su garganta y no pudieran dejar ir aquella disculpa que tanto desea decir.

«¿Pretende quedarse ahí parado? ¿Nisiquiera me dará una disculpa?» piensa el mayor.

Ambos se miran y nadie dice nada. Un silencio incómodo se apodera del ambiente. Tan callado que pareciera pudieran escuchar latir el corazón ajeno.

Cuando Jeongsan al fin se arma de valor, el peliazul vuelve a bostezar.

―Estoy muy cansado.―Dice desviando la mirada.―Iré a dormir.

―A-ah, claro, claro.

―Hablamos luego.

―Sí, sí. Buenas noches.―Nervioso se da la vuelta para salir de la habitación.

―Buenas noches.

Camina através del pasillo hasta su habitación donde entra. Cierra la puerta y se apoya de espaldas en ella. Golpea su cabeza contra la madera y suspira frustrado.

―Tenía que disculparme... ¿Qué rayos pasa conmigo?

✹✹✹

¡gracias por leer!

cenizas de un amor ✧ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora