capítulo 8.

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Había sido un primer día tranquilo, Zhanghao lo debía aceptar. Los niños se comportaron de maravilla, la casa estaba impecable y los únicos obstáculos que tuvo sin Hanbin fue dormir solo la noche anterior.

En el mes que empezaron a vivir juntos y por consecuente dormir en la misma cama, se había acostumbrado a Hanbin muy cerca suyo buscando su calor por las noches. Lo estaba extrañando, lo aceptaba.

Y eso que a penas había pasado un día sin él...

―¡Zhanghao, Zhanghao!

El mencionado suspiró volviendo a sí y dió media vuelta para ver a Ren llamándolo desde su cama con una carita triste.

―¿Que ocurre, campeón?

―Tengo frío...―Zhanghao lo vió mejor y se dió cuenta de que el pobre niño seguía en toalla luego de su baño.

―¿Quieres mi café?

Zhanghao parpadeó sorprendido al ver a Luhan aparecer en la puerta de la pequeña habitación con una tasa caliente de café en la mano y cubierto solo por una toalla de pollitos amarilla.

―¿En qué momento saliste?

Luhan alzó los hombros y rió travieso.―Solo quise un poco de café.

Zhanghao parpadeó rápidamente por un momento.―¿Desde cuando sabes preparar café?

―Ah... Desde hace un tiempo, ¡Pero no le digas a papá!―Rogó acercándose a Zhanghao.

El peliazul suspiró removiendo sus cabellos, le quitó la tasa de sus manos y la dejó sobre la cómoda a su lado.

―Ve a la cama, te puedes enfermar si sigues andando descalzo por la casa, Luhan.―Advirtió y el niño asintió, subiendo a la cama.

―Ven, Luhan.

Zhanghao se acercó a uno de los armado y sacó las pijamas de superhéroes de los gemelos. Pronto estaban vistiéndose por su cuenta mientras él ordenaba sus juguetes.

En unos minutos sonrió satisfecho cuando estaban limpios, vestidos con sus pijamas de superhéroes y listos para dormir.

Los acostó a cada uno en sus respectivas camas y les dejó un beso en la frente a ambos, quiénes rieron por el tacto tan suave del peliazul.

―Bye, Zhanghao.―Agitó su manito Ren, sacándole una risa a Zhanghao.

―Duerman bien, los quiero.

Cerró la puerta y caminó a través del pasillo, tenía la idea de ir a du habitación y buscar alguna película por cable en su televisión, pero se detuvo frente a una de las puertas. Escuchó sollozos femeninos y sabía que le pertenecían a Eunchae. Por un momento se debatió si sería buena idea averiguar porqué lloraba.

Pero al final sí tocó la puerta, los sollozos rápidamente se detuvieron. La puerta se abrió.

―Eunchae...

―¿Qué deseas?

Sus ojos estaban rojos y el poco maquillaje en el rostro de la adolescente se había escurrido, era un desastre.

―Estaba pasando por aquí y oí tu llanto, sé que eras tú...

Eunchae resopló.―Ya sé qué vas a decir, que estoy siendo muy caprichosa y seguramente enloquecerás como papá Hanbin, pero ahora realmente me siento mal y quiero estar sola.

Zhanghao negó rápidamente con la cabeza y la chica lo miró. Se veía muy triste, Zhanghao quería ayudar.

―Claro que no, yo nunca diría eso.

cenizas de un amor ✧ haobinWhere stories live. Discover now