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Las paredes blancas y la fuerte luz del foco era lo que hacían de la habitación un lugar muy iluminado para el gusto de sus ojos. El fuerte dolor de cabeza junto con los dolores en todo su cuerpo no la dejaron moverse en lo absoluto.

Lo primero que vio fue la luz resplandeciente de la lámpara que colgaba del techo, fue por eso que sus ojos se cerraron con rapidez y el dolor de cabeza llegó. Le dolía todo, como si hubiera hecho un maratón y la hayan atropellado 500 veces.

Luego de unos segundos se levanto, procesando aún todo lo sucedido, no sabía cuanto había pasado desde la guerra. En fin, se puso de pie y se sintió como un bebé aprendiendo a caminar, se sostuvo de las paredes y antes de abrir la puerta vio por la ventana, percatandose de que todo se veía muy tranquilo, con lo poco que veía desde donde estaba, se notaba que la ciudad estaba siendo reconstruida poco a poco, las plantas y árboles antes destruidos estaban ahora en perfecto estado.

Después de ver rápidamente hacía afuera, salió a pasos lentos de su respectiva habitación. Al salir vio a Yaoyorozu conversando animadamente con Mineta y Tooru. Aún se veían las vendas que les colocaron hace unas semanas atrás.

La pelinegra al verla la saludo con una sonrisa, dándole una bienvenida, aunque no sabía el porque se la dio exactamente. Siguió avanzando hasta que al pasar por uno puerta vio al rubio ceniza, sin pensarlo mucho se escabullo para poder ver como se encontraba, no se sorprendió mucho al verlo casi despierto y con un brazo totalmente enyesado. Él al verla abrió los ojos con rapidez, estando sorprendido y confuso al encontrarla ahí parada.

—¿Qué mierda?— carraspeo con dificultad.

—Que grosero eres.

Una risa se escuchó, siendo esta proveniente del mayor, Yuzuki no pudo evitar soltar una risa de igual manera al escucharlo.

—Al fin despiertas— comentó Katsuki con una burla amistosa —Seis meses te tardaste, que floja que eres.

La de ojos ambar soltó un chillido asustadizo al escuchar lo que dijo su amigo ¿seis meses dormida? Debía ser una broma, no pudo haber estado así tanto tiempo. Su cara era un show en esos momentos.

—Izuku aún no despierta por si quieres saber, tu noviesito esta peor que el mitad y mitad— eso solo hizo que Yuzuki bajara la cabeza pensativa

—¿Vamos a verlos?— propuso ella al verlo sin hacer nada en específico.

El rubio acepto la propuesta y se levantó con pereza, se les hizo fácil llegar, ya que las habitaciones de los otros dos quedaban cerca. Cuando llegaron vieron al peli verde aún en un profundo sueño, que al parecer no tenía planeado despertar.

Yuzuki se acercó y con lentitud se posó a su lado, viendolo con atención y algo de tristeza, pero todo sentimiento negativo despareció al escuchar la idiotez que dijo su acompañante

—Lo llegas a besar y me vomito ¿escuchaste pelo de carbón?— su ceño se frunció y solo lo arrastró hasta salir otra vez.

La situación de todoroki estaba igual, solo que este estaba vendado casi completamente, todo su rostro, manos, brazos, piernas y también abdomen. Supuso que él la paso mal al igual que ellos.

Decidieron ir al comedor, encontrándose con la mayoría de la clase, que al ver a ambos amigos los saludaron con emoción, y más al ver a la azabache.

—¡Mira nada más, los gruñones al fin se dejan ver!— la alegría de Sero se notaba a la distancia, estando realmente feliz de verlos —Yuzuki chan~ ya te extrañaba, no sabes lo que tuve que soportar, ¡Kirishima y Kaminari no paraban de tenerme como su criado!

Una sonrisa se dibujo en su rostro al escucharlo, soltó una carcajada al ver como Katsuki lo separaba y le reprochaba diciendo que recién había despertado. Había olvidado lo bien que se siente estar sin preocupaciones.

—Tokoyami, Dark Shadow, Koda y Sato, me da gusto volver a verlos— dijo viéndolos.

Los cuatro saludaron y con felicidad empezaron una corta charla. Los demás, como lo son, Shoji, Ojiro, Jirou, Mina, Kirishima y Denki se integraron rápidamente a la conversación.

—¡Por cierto Yuzuki chan! Uraraka, Iida y Tsuyu ya despertaron— le hizo saber el pelirrojo —Aunque los tres están tomando una siesta... ¡pero no importa, cuando despierten estaremos todos juntos otra vez!

La azabache asintió y con lentitud bajo su cabeza, aún pensando el el peli verde de pecas. Decidió tomar un respiro y se marchó a la terraza, no sin antes avisarle a los demás de que iría a despejar la mente. Optó por tomar el elevador, ya que subir las escaleras la agotaba y le daba dolor cerca del pecho y abdomen.

La brisa choco contra su rostro pálido, la ciudad la recibió con la cálida luz del sol y los hermosos pájaros cantando, caminó hasta estar en la baranda, los civiles pasaban y al presenciar todo desde arriba lo hacia ver aún más lindo. Hubiera querido que Izuku despertará para ambos poder ver la paz que tanto les costó conseguir.

Se quedó mirando fijamente los árboles que poseía el parque cerca del hospital donde estaban. Un suspiro se le escapó.

La presencia de alguien se hizo notar, pero no dijo nada al respecto, ya sabía de quien se trataba.

Katsuki se posó a su lado y dirigió su mirada al mismo punto en donde ella miraba —Deja de sobrepensar tanto Yuzuki. La liga fue derrotada, no hay que preocuparnos por ahora— lo había dicho tan de la nada que la hizo sobresaltar, pero aún así, sus dudas no cesaron y él lo noto —Dale una oportunidad a la paz... deja que tus miedos se desaparezcan.

La chica sonrió levemente, apenas notándose que había sonreído —Que cursi sonó eso Katsuki— resoplo a lo bajo.

—Puedes irte a la mierda— comentó de manera tranquila, causando que la azabache volviera a reír, pero esta vez más despacio. No pudo evitar verla con atención y seguirle la tonta risa.

La va amar en silencio hasta que sus sentimientos por ella desaparezcan

—¿Vas arreglar las cosas con Deku?— le pregunto con curiosidad —Es un idiota, eso no se lo quita ni All Might — su tono divertido aligero el ambiente.

Yuzuki asintió con referencia a lo de que era un idiota —Tal vez, no lo sé... aún no proceso la vez que lo vi besándose con Uraraka— musito con ironía al ver la cara de su amigo

Los ojos carmín repasaron a la muchacha una y otra vez, buscando algo que ni él sabía que era. Exhalo despacio y se dio media vuelta, esta vez poniendo todo su peso en la baranda de metal. Miro el cielo y habló —Quizás tuvo una razón... conociéndolo al imbécil ese, se dejó besar porque no sabe decir que no— dijo recordando la vez que lo tuvo que salvar de una chica que quería besarlo y el peli verde simplemente se quedó estático.

Yuzuki se encogió de hombros y siguió pensando —De todas formas me ilusione con algo que desde el principio sabía que no— lloriqueo con molestia al recordar algo de meses atrás —Tampoco supero que me haya terminado por una carta.

Al escuchar eso el rubio se giró a verla, intentando contener sus ganas de reír hasta más no poder —Mierda. Si que es idiota— su sonrisa ladina la hizo ponerse roja de la vergüenza, no le había comentado a nadie que le habían terminado por ese medio.

—¡Katsuki basta! Es vergonzoso...

—Me importa un carajo. Te haré burla de todos modos.

—Te sigues riendo y juro que no volveré a invitarte a mi cumpleaños.

—PFFF, lo haces más difícil

—Cállate

—Cállame

Eso había sonado de doble sentido y ninguno se dio cuenta, porque empezaron una pequeña discusión sin problema alguno. Los dos terminaron tropezando y cayendo uno encima del otro.

Eso fue un problema, ya que las heridas aún no sanaban por completo.

—Dolió como el infierno— musito Yuzuki con dolor.

—¡Mierda, me estas aplastando, hazte a un lado o juro que voy a matarte!

—Pero-

—¡Cierra la boca!

































Capítulo editado

ᴘᴇʀᴅoɴᴀᴍᴇ | ᴍɪᴅᴏʀɪʏᴀ ɪᴢᴜᴋᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora