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Mi situación mental no era la más saludable. A veces me cuestionaba muchísimo si en verdad los problemas que obtenían las personas tenían que ver conmigo. Me sentía culpable por todo.

Lloraba en mi habitación, eran poco más de las dos y veinte de la madrugada y llovía fuertemente. Sentía el calor de Mochi en mi regazo, ronroneando como si intentara calmar mi situación en ese momento. Solo pensaba en todo, si de verdad le importaba a mis amistades o si no era más que una simple persona que no valía nada. Mis padres no conocían de mi situación mental, llevo dos años lidiando con la ansiedad y el estrés de sobre pensar absolutamente cualquier acción o comportamiento extraño que tenga alguien hacia mí.

—Esto pasará, sólo es un episodio triste—decía mientras se me quebraba la voz.

Limpié mis lágrimas y agarré la foto que tenía con Andy. Mientras la observaba pensaba muchas cosas. Que pasaría si Andy llegara a verme en esta situación. Y si detesta las personas «vulnerables» aún no conozco esa parte de él. Me distraje con un maullido de Mochi, mi móvil vibró. Un mensaje de una amiga lejana había llegado. Extrañado no quise responder, no frecuentaba hablar con esta persona hace mucho y no era el momento indicado como para responder textos justo en un bajón emocional.

Puse el móvil en la mesa de noche y apagué la lámpara. Pensaba y pensaba, seguía sobre pensando, para distraerme solo pensaba en mi futuro; realmente seria como lo idealizaba, o solo será un desastre. Más pensamientos intrusivos no dejaban de aparecer «sentía que mi cabeza iba a estallar» no podía conciliar el sueño.

Tal vez pensar en Andy podría servir de algo. Imaginaba su presencia en mi habitación recordando la pijamada que habíamos tenido hace unas semanas. Su sonrisa; sus ojos color avellana, la suavidad de su cabello y aquel perfume que adoraba. «Me relajaba un poco»

—Tal vez Andy si me entendería en noches como esta que siento que acabará mi vida.—dije en voz baja.

Mi cabeza quería descansar pero mi corazón no dejaba de pensar en este chico que aunque intentara negarlo, era evidente que me estaba enamorando perdidamente. Finalmente me arropé e intentaba pensar cada vez un poco más en Andy hasta que finalmente pude calmarme.

«Hay momentos en los que nuestra ansiedad nos hace pensar que acabará con nuestra vida. Y es un proceso difícil en especial cuando te agarra a la mitad de la noche provocándote insomnio y llenándote de pensamientos intrusivos haciendo que para ti sea un infierno. Pero, a veces pensar en la persona que quieres o aquella persona que ha hecho muchísimo bien a tu vida puede solucionarlo un poco. Sirve también de consuelo, aunque es mucho mejor buscar ayuda de algún profesional y no es bueno reprimir ese tipo de situaciones por mucho tiempo.»

Midnight Rain (The Dawn Edition)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum