kookmin twitter au ♡ carino e piccolo

speciale : urla

Una nueva rutina terminaba. Mi nombre lo coreaban algunas personas del público mientras mi corazón latía tan rápido como si depronto este se saliera y explotaría. Me sentía tan feliz y realizado mientras hacía una reverencia a toda la gente que se rompía en aplausos.

Soy un estudiante de arte contemporáneo. Me especializo en danza y pintura. Me gustaban ambas y nunca supe decidirme por una, así que use todo el tiempo libre qué me quedaba y dedicarme a ello.

Al principio fue duro - sigue siendo tan duro - pero la gente noto mi esfuerzo, mi trabajo y el amor que le tengo. Poco a poco fui siendo llamado para pequeños shows y siendo conocido dentro de la industria. Me llamaban prodigio.

Nunca me gustó ese nombre.

Lo odiaba.

"Él nació siendo talentoso.

Miren su forma de bailar como si hubiera nacido para esto"

Nacer, nacer, nacer.

Todo lo que ven es mi sacrificio, mis horas de sueño, mis horas de diversión. Todo esto que me convertí fue porque di absolutamente todo de mi. No nací para esto, hice esto para mi, yo lo cree completamente con cada sudor y lágrimas.

Me cerré en el camarino qué me proporcionaron en el teatro antes de derrumbarme. Me equivoque tantas veces, esa vuelta no fue lo suficiente, ¿Cuánta gente se habrá dado cuenta de eso? Yo me di cuenta y ni me estaba observando.

Pude hacerlo mejor.

Pude haber ensayado un poco más, no debí haber gasto ese tiempo en cocinar esa estúpida gelatina. Pude pude pude...

Siempre era lo mismo. ¿Por qué no puedo ser mejor? ¿Qué tenía que renunciar ahora?

La habitación la sentía más pequeña mientras más pasaba el tiempo, el llanto brotaba dentro de mi garganta y me costaba cada vez más respirar. Me aferré a mi cuerpo tratando de no hundirme nuevamente. Los preocupare nuevamente.

Tomé mi cabello mientras me encorvaba en el suelo y lloraba. Solo tengo que calmarme e ir al estudio y bailar, tengo que ser el mejor. Puedo hacerlo. Es una estúpida vuelta, es una estúpida gelatina.

Siempre era lo mismo, cada día me sentía más hundido, y toda esa pasión qué sentía cuando bailaba o pintaba, se convirtió en mi propia pesadilla.