Aterrizamos en Boston, papa y Víctor estaban esperándonos en el aeropuerto con los brazos abiertos. Fuimos a casa, la situación era bastante incomoda ya que como papa y mama no están juntos mi madre dormirá en mi cuarto y yo en el sofá del salón.
Para los próximos días mi hermano y yo hicimos planes un día con mamá y otro con papa, se nos hace aún bastante extraño tener que ir turnando nos con nuestros padres pero por suerte ellos mantienen buena relación y se ve que aprecian el tiempo que han pasado juntos. Mi madre bajo a hacer unas compras y me quedé con Víctor en el coche.
- ¿Y qué tal tu nueva pareja de patinaje?- Tengo tanto que contarte...
- Me imagino, me muero de ganas de escucharlo
- La verdad es que el primer día me cayó fatal, sinceramente pensé que no iba a ser ni amiga suya pero la entrenadora nos obligó a improvisar juntos y se sintió como magia.
- ¿Lo echabas de menos?
- Muchísimo y la verdad es que me alegro de que las cosas estén llendo así.
Mi hermano luce triste.Digo que me alegro de que a pesar de todo haya encontrado a alguien, porque de poder elegir yo seguiría patinando contigo, siempre serás mi pareja favorita
Víctor se ríe.- Yo la verdad es que lo echo bastante de menos y aunque quizás nunca pueda volver a competir me muero de ganas de recuperarme y al menos volver a ponerme unos patines
- Esperemos que eso pase pronto ya verás que sí.
Justo mamá vuelve al coche y vamos a casa de la abuela Josefine. Para que os hagáis una idea ella es una señora de 75 años, ha estado a punto de morir más de una vez y aún así la tía hace burla de todo lo que puede. La verdad es que la admiro, es muy valiente y fuerte y ha pasado muchísimas cosas en la vida. Su marido, mi abuelo, falleció hace 3 años y nosotros pensábamos que se encerraría en casa de tristeza pero aunque estuvo una semana mal decidió dar un giro en su vida. Comenzó a ir a clases de pilates, hace yoga, sale a pasear cada día, hace ganchillo y le encanta pasar tiempo con wiskey, un yorkshire muy peludo que le regalamos cuando abuelo falleció y que le ha devuelto la vitalidad a mi abuela.
Llegamos a su casa, con el jardín lleno de flores, la casa impoluta, no hay mucho cambio a la última vez que vinimos.- Estoy aquí!!!- Grita una voz desde el otro lado de la calle
- ¿Abuela?- Decimos Víctor y yo al unísono
-¿Mama?- Comenta mi madre después de nosotros.
- Hola quería familia - Nos abraza a todos muy fuerte.
Nuestra reacción fue de sorpresa ya que vimos a la abuela llegar subida en una patineta eléctrica con sus mayas puestas.
- Bueno os presento a petunia, mi pequeña patineta jajajaja- se ríe
- Pero abuela ¿Y esto?- Pregunta mi hermano extrañado.
- Pues nada cielo, me la he ganado en un sorteo del bingo y ahora voy con ella para todos lados, venga pasad.
Estuvimos todo el día con la abuela, comimos, dimos un paseo, estuvimos en la piscina y por la noche mi madre preparo un pollo asado.
- Bueno cielo ¿Entonces tienes nueva pareja de patinaje?- Pregunta abuela- Si- Le respondo
- Es un chico majísimo, me cae muy bien y se ve que se preocupa mucho por Lisa- Dice mamá mientras corta el pollo.
- Ah ¿Si?¿Y no ha surgido el amor?
- Que va- Me rio nerviosamente
- Tu abuelo y yo nos llevábamos fatal al principio, pero una vez empezamos a patinar juntos todo cobro sentido
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Pasión en la pista helada
Teen FictionTras el divorcio de sus padres Lisa Hamilton se ve obligada a mudarse con su madre a San Petersburgo y empezar de nuevo su carrera como patinadora en uno de los mejores equipos del país. Todo cambia cuando Nikolas, un rebelde patinador que además es...