Pasión en la pista helada

Capítulo IX: La despedida

Ivanna nos lleva a un cuarto a solas. Por un momento pensé que nos iba a echar la bronca por nuestro comportamiento.

- Lisa, aunque mi labor seria estar molesta por lo que acaba de suceder he de decir que Veronika se lo tenía bien merecido y lo de decir que sois novios la ha dejado mosqueada, bien actuado.

Nikolas y yo nos miramos con cara de: mierda, ¿Cómo le decimos?

- Porque es mentira ¿no?- Insiste en la pregunta

- Pues claro mama, ¿Qué te pensabas?- Dice Nikolas con la voz temblosa

- Eso espero, sabéis que tengo una política muy estricta en cuanto a que mis patinadores intimen mas de la cuenta- Dice seria

- Sin problema entrenadora, le aseguro que entre el y yo jamás pasara nada.

- Pues perfecto entonces, continuad con la fiesta. Os estaré vigilando- Hace gesto de vigilar mientras se va.

- Mierda, ahora que todo parecía empezar a encajar- Digo

- ¿Cómo narices vamos a ocultarle esto a mi madre y que salga bien?

- Cuando estabas con Veronika ¿paso igual?

- Que va, esta supuesta "política" que tiene la puso justamente desde que Veronika y yo rompimos. La situación me dejo tan echo polvo y estuve tanto sin patinar que no me quiere ver pasando por lo mismo y echando mi carrera a la basura por una relación.

- A ver, es comprensible, pero lo vamos a tener jodido.

- Ya se nos ocurrirá algo- Me abraza.

La fiesta termino y estábamos muy cansados. Llegamos al hotel, nos despedimos y cada uno de nosotros se fue a su habitación. Por poco tiempo como es evidente. Ya tenia el pijama, estaba tumbada cuando escucho unos suaves golpecitos llamar a mi puerta.

- Vamos pasa- Susurro mientras abro la puerta a Nikolas.

Se tumba conmigo en la cama mientras hablamos del idílico futuro que nos gastaría tener.

Me mira a los ojos y es cuando suelta las palabras.

- Te quiero

Noto su mirada penetrante conectar con mi alma y le respondo que yo también le quiero. En ese momento hubo un silencio abrumador seguido de un beso apasionado. No podíamos separarnos.. Decidido me pongo encima de el y comienza a desvestirme. Somos adicto el uno del otro y nuestras pieles no pueden estar separadas. Como la noche anterior tuvimos una pasión desenfrenada que nos llevo a un clímax de felicidad y placer juntos. Los minutos y las horas pasan pero el tiempo es como si estuviera congelado. El tiempo con Nikolas vuela pero se detiene a la vez. Me recuesto a su lado mientras el acaricia con sus manos mi cuerpo desnudo. Lo ultimo que recuerdo es un beso en mi frente, tras eso los dos entramos en un sueño profundo.

Suena la alarma del día siguiente, Nikolas coge su ropa, se viste y sale por la puerta y de repente se encuentra a su madre.

-¿Nikolas?¿Que hacías en el cuarto de Lisa? Son las 8 de la mañana, aun queda para las 10.

El cierra la puerta con firmeza y yo me dispongo a ponerme la ropa rápidamente.

- Nada, me ha pedido que le trajera algo y con el mensaje me he despertado y se lo he traído- Dice muy nervioso y poco convincente.

- ¿Y que le has traído si se puede saber?- Dice cruzando los brazos.

Abro la puerta y digo.

- Aquí tienes la pasta de dientes, gracias por dejármela, pensé que había traído suficiente pero ya ves que no- Le alcanzo un bote de pasta de dientes.