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¿Alguna vez sentiste que cambiaste el curso natural de las cosas y que todo lo que pasó en consecuencia fue totalmente culpa tuya?

Bueno, eso es lo que ocurre actualmente, las cosas cambiaron, las personas cambiaron pero yo sigo en el mismo agujero en el que entré una vez que iniciaron esos juegos, las memorias me persiguen y con ellas, aquellas almas de esos tributos con los que conviví en el mismo ambiente hostil y mortífero.

¿Cuántas vidas más el capitolio querrá tomar solo para complacer su enferma sed?

Solo éramos niños intentando sobrevivir, eso fue algo que entendí tiempo después, olvidándome así de las múltiples veces en las que otros tributos intentaron acabar con mi vida, ahora las palabras de Cato estaban incrustadas en mi memoria, como una daga en carne fresca derramando el líquido carmesí sobre la arena. Al final de cuentas, era su vida o la mía... nadie quiere morir, nadie quería matar, era todo lo que conocían muchos de ellos.

El frío viento golpeaba mi rostro y yo aún sentía un vacío en mi, había perdido muchas cosas, sentía que perdía a mucha gente aún teniéndolos físicamente conmigo.

El crujido de las ramas me alertó, me giré a gran velocidad apuntando mi flecha en dirección a donde provenía el sonido.

Gale se encontraba parado ahí, mostrándome su palma como indicador de que no había por qué alarmarme.

— Oh... wow, tranquila — suspiré bajando mi arco — vi unos pavos en el sendero, se me cruzaron por delante como si no estuviera ahí — me contó con tranquilidad.

— Que impertinentes — me burlé sin humor.

— Trabajas seis días a la semana en las minas y estos estas aves se creen dueñas del bosque... — me miró con sus orbes azules — ¿a qué hora empieza la gira? — cuestionó con seriedad.

— En un par de horas — respondí simple.

— Pues andando — me invitó a caminar de manera discreta y me acerqué para acompañarlo.

Sabíamos lo que hacíamos y no tardamos mucho para encontrar lo necesario y el lugar perfecto para poder una trampa en buenas condiciones, minutos después un conejo fue víctima de la misma.

Mientras retiraba los nudos de la trampa del cuerpo sin vida de aquel conejo miré a Gale quien me daba miradas extrañas.

— Sé lo que quieres decir — su rostro expresó una especie de descontento con que haya sido capaz de saber lo que quería decir — Katniss también se encarga de decírmelo, estuvo así durante semanas, me había extrañado que no lo hiciera pero claro... era tu turno —

— Attwell... solo escucha, no pueden seguir así, ninguno de los dos — sus reclamos y quejidos me comenzaban a irritar y apenas había empezado.

— ¿Por qué no van y le dicen toda esta mierda a él? — vociferé.

— Porque él no actúa como si no te extrañara, lo deja muy en claro — Gale subió su voz a mi nivel.

— Entiendan que hago lo que hago y actúo como actúo porque intento no dañarlo — comencé a caminar lejos de Gale.

— No... actúas así porque prefieres eso a tener que lidiar con el problema —

Negué con una sonrisa amarga — ¿Crees que yo quería esto, Gale? — cuestioné con molestia — estábamos tan bien antes de los juegos, podíamos estar juntos sin tener un drama —

— No lo estaban, puede que tú sí pero desde que se acabó lo de ustedes hace años no hay día en el que se sienta culpable, además, ¿cómo crees que se siente ahora que tiene que pretender que son una pareja y que solo puede besarte cuando hay una cámara de por medio? —

POUR YOUR HEART OUT: FIRE TO FIRE |2 -THE HUNGER GAMES-Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon