Día 32

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No paraba de ver a Alia, la manera que se movía casi frenética daba miedo

Estaba viendo cinco pantallas a la vez con toda clase de imágenes y anotaba a toda velocidad sin dejar de subir y bajar la pierna frenéticamente

— Indrit, deja de mirarme así — Se quejó Alia sin voltear — Casi siento que me vas atravesar la nuca

— Es que... Pareciera que estás drogada..

— Je... Así soy yo sin eso en mi sistema — Sacó dos bolsas de su pantalón, una con pastillas azules y la otra con las pastillas rosadas, se metió una azul y dos rosas y se las tragó sin agua — Lo detesto

— ¿Porqué tomas esas pastillas si ya no te drogas?

— Porque no son drogas

Siguió trabajando

— ¿Y que son?

— Te diría, pero Carlos me prohibió decirte así que...

— Le preguntaré a Gorge

— Gorge no sabe que son, solo los experimentos lo saben

— ¿Clara?

— Ella no las toma todavía

Indrit suspiró, ¿A quien más podría preguntarle...?

— ¿Sabes algo de Amber?

— No desde... — Alia se interrumpió a sí misma — No importa

— Ya sé que estuvo aquí

— Vaya... — Indrit vió que sonrió por el reflejo de la pantalla — Seguramente fue así como Gorge se ganó tu perdón

— Y a cambio de no dejar que Amber lo mate

— Lo veo como imposible pero allá tu — Suspiró — No sé nada de Amber

— Tienes su teléfono

— ¿Enserio parezco la hermana que llama solo para saber si estás bien?

Indrit la observó

— Pues no, pero sé que las dos se quieren

— A nuestra extraña manera, ¿Otra cosa?

— ¿Cómo me despertó Amber?

— Te dió de estas — Apuntó las pastillas rosadas — Despertaste varias horas después

— ¿Cómo...?

— Tengo prohibido decirte así que pregunta otra cosa

— ¿Vas a venir a mi cumpleaños?

Alia se detuvo en absoluto silencio, ni siquiera seguía moviendo la pierna, empezaba a preocuparle que le estuviera dando un ataque o algo cuando ella giró la silla perpleja

— ¿Me estás..? — Dijo como si no se lo creyera — ¿Invitando a tu fiesta?

— Sí — Dijo simplemente, no sabía porqué estaba tan sorprendida — Pensamos hacerlo en el apartamento, si quieres vienes...

Alia no dijo nada, solo la seguía viendo estupefacta

— ¿Alia? — Chasqueó los dedos en su cara — ¿Alia? Llamando desde tierra a Alia, ¿Sigues aquí?

— Sí, sigo aquí — Le dió la ilusión de que iba a sonreír pero solo se volvió a dar la vuelta — Si Hira va a estar ahí va a haber licor, no me lo pierdo

— ¿Estás segura de que estás bien? — Alia asintió sin voltearse — Pareció que te habían secuestrado extraterrestres

— Ves muchas películas Indrit — Rió — Es solo que nunca nadie me había invitado a su fiesta

120 días Where stories live. Discover now