𝖽𝗂𝗇𝗇𝖾𝗋 𝗐 𝗒𝗈𝗎

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Y mientras William y Alex se despedían de los presentes dando explicaciones por encima de su temprana ida, Tallulah les dedicó una sonrisa a sus dos pequeños amigos y un discreto guiño, logrando que los primos estrellaran sus puños, a modo de celebración al completar el paso dos del plan.
Hasta ahora, todo parecía avanzar exactamente como lo habían propuesto y solo quedaba planificar con delicadeza sus siguientes pasos, con la información que la castaña pudiera proveer al tener al Señor smiley guy y al señor amapola juntos y tan cerca.

Verdaderamente, esas tres mentes estaban dejando de lado su ternura infantil para demostrar lo maquiavelicos que podían ser si se lo proponían.

La castaña volvió a entrar a su papel de bella durmiente, sintiéndose acogida por la suavidad de su asiento especial en la parte trasera de su auto, intentando con todas sus fuerzas no convertir su actuación en una realidad, no quería perderse de ...

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La castaña volvió a entrar a su papel de bella durmiente, sintiéndose acogida por la suavidad de su asiento especial en la parte trasera de su auto, intentando con todas sus fuerzas no convertir su actuación en una realidad, no quería perderse de las conversaciones importantes o de los planes a futuro, necesitaba estar atenta, aún cuando el ruido blanco del vehículo la arrullaba.

El auto emprendió marcha en un silencio cómodo entre los (supuestamente) únicos que estaban despiertos, con Alex observando el interior del auto con curiosidad, en ese momento, por primera vez, se preguntó en qué podía trabajar el castaño, ya que se notaba desde kilómetros que ese auto costaba un poco (o mucho) más que cualquier vehículo al que se le hubiera aproximado alguna vez en su vida.
William en cambio, manejaba con tranquilidad hasta aproximarse a los barrios ricos de la ciudad, fomentando las teorías de Alexis, que se vieron finalmente confirmadas al aparcar en una lujosa casa, que le recordaba un poco a la casa de los Cullen en crepúsculo, pero no admitiría eso en voz alta.

Ambos soltaron los cinturones propios, con Alex ofreciéndose a bajar a Tallulah como un agradecimiento por la invitación, ignorando la negativa del castaño y abriendo la puerta trasera, sacando a la pequeña con delicadeza y acurrandola entre sus brazos, asegurándose de velar por su sueño, mientras esperaba que el castaño abriera la puerta de la vivienda.

Los tres entraron y le fue difícil al azabache no recorrer cada detalle del lugar con una curiosidad palpable, más resistió a sus impulsos para no avergonzarse frente al hombre.
Un bostezo lo sacó de su cuestionamiento, no fue consciente de que Tallulah había intentado de todas las formas posibles reterlo para no romper su actuación, pero se le hizo imposible cuando el verdadero sueño empezó a ahogarla.

—Parece que alguien despertó, amapola.—Will habló con suavidad en su voz, acariciando el cabello de la pequeña que aún parecía demasiado adormilada como para reconocer sus alrededores.

En vez de una respuesta, el castaño solo consiguió que su pequeña de acurrucara más en el pecho de Alex, causándoles una suave risa a ambos. El azabache sonrió y dejó un beso en la frente de la niña, susurrando. —Linda, sé que tienes mucho sueño, pero necesitamos ponerte el pijama, después te contaremos un cuento y podrás dormir tranquilita.—Ciertamente, a Alex le sorprendía que la emoción del cumpleaños no hubiera vencido el cansancio, aún más cuando Tallulah no pareció molestarse por haberse perdido la fiesta, pero prefería no cantar vitoria tan rápido.

Will le hizo un pequeño gesto al pelinegro, guiandolo hasta llegar a la habitación que padre e hija compartían para dormir, puesto que Tallulah aún no estaba lista para descansar en su propia cama.
Alex dejó a la pequeña en la superficie, dejando que ella se acomodara y se sentara con sus piernas colgando. —Miss. Alex ¿podrías abrir ese cajón y pasarme el primer pijama que veas?

El azabache obedeció con rapidez, entregándole un pijama amarillo patito y caminando hacia la puerta, no queriendo incomodar a la pequeña mientras la cambiaban de ropa. William entendió el mensaje, terminando con la muda de su niña y tomando asiento en la cama, no sin antes tomar un cepillo de pelo y comenzar a soltar la trenza que le había hecho cuidadosamente en su melena.

Alex entró minutos después, tomando asiento al otro lado de la castaña y empezando el mismo proceso, con delicadeza notoria al no querer lastimar a la pequeña. Cuando terminaron, William se encargó de cepillar sus cabellos y dejar un pequeño beso en la frente de la niña. —Bien, pequeña princesa, es momento de acostarte en la camita.

Tallulah obedeció y se acomodó entre los edredones, sonriendo cuando su papá marcó un beso en su mejilla y Miss. Alex una caricia en su cabecita, con ambos disponiéndose a salir de la habitación y permitirle descansar.

—¿Y mi cuento?

Ambos adultos se quedaron estáticos, hasta que el castaño volteó a verlo con una sonrisa divertida y una ceja levantada, simplemente esperando una respuesta de quien ofreció la historia en primer lugar.
Alex solo sonrió y le rodó los ojos a Will con una molestia obviamente fingida, volviendo a tomar asiento al lado de Tallulah, siendo seguido por el más alto, quien se acostó al otro extremo de la cama y comenzó a acariciar los cabellos de la pequeña, quién por algunos minutos había olvidado el plan y sólo se había dedicado a disfrutar de aquella familia "completa" que el destino le había negado durante su corta eternidad.

La historia no fue nada especial, pero el toque de tranquilidad que  la voz de Miss. Alex le proporcionaba era inigualable, lo melódica y fluida que esta era, tanto que podías sentir como te recorría el cuerpo y le otorgaba calidez a su paso.
Will nunca se cansaría de alagar en su pensamiento aquella voz, aún cuando no era capaz de expresar con palabras entendibles todo lo que escuchar a Alexis le provocaba, por lo que probablemente nunca lo admitiría frente al pelinegro, solo deseaba disfrutar de aquella voz en otras ocasiones.

Observando al pelinegro adormecido y acurrucado contra la castaña, se preguntó en qué momento había estado tan cómodo con alguien durmiendo cerca de él y su pequeña, desde cuándo había sido tan adorador de una voz o de la calidez de alguien más y al no poder entregarse respuestas, solo cerró sus ojos, se acurrucó y se permitió descansar con aquellos dos, pensando en lo profundo de su interior que no le importaría acostumbrarse a dormir acompañado de Alex y Tallulah.

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GENTE, me tardé pq mi vida amorosa se fue por la borda, Y MÁS ENFIMA LA APREJA SECUNDARIA D ESTE FIC ES EL DNF POR ÉL Y YO  ME MATO NO SE ENEAMOREN DE UOMBRED pero ya casi llegamos a 1k y había que dejar d lado mis problemas mentales, gracias por estar aquí.
ALSO, ns si les parece que les haga un pequeño maratón este fin de semana (cuatro capítulos en dos días)

 𝖬𝗋𝗌. 𝖲𝗆𝗂𝗅𝖾𝗒 𝗀𝗎𝗒. ★ 𝗤𝘂𝗮𝗰𝗸𝗯𝘂𝗿   𝗧𝗻𝘁 𝗗𝘂𝗼. Where stories live. Discover now