Especial 245k

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Tabitha salió de su sala común un poco temprano, ya que quería desayunar antes de que el comedor se llenará de más. Caminó por los pasillos del castillo, demasiado concentrada en el piso y en sus pies, contando cuando líneas pasaba y trataba de no pisarlas. Como era temprano, decidió aventurarse por los pasillos, giro a la izquierda, a la derecha, de nuevo a la izquierda, siguió derecho, giró tanto que para ese momento no sabía en dónde estaba. Empezó a mirar las paredes confundida y un poco asustada. Nunca se había perdido, bueno, solo una vez y fue con Luna Lovegood, pero está vez era diferente, estaba sola y no había nadie que le indicara por dónde ir.

Las lágrimas llenaron sus ojos, se sintió asustada y no sabía que hacer, intentó caminar pero no supo hacia que dirección ir, por lo que se quedó en su lugar quieta, como si sus pies se hubieran pegado al piso de ese pasillo. Finalmente, las lágrimas salieron de sus ojos y un pequeño sollozo escapó de sus labios.

—¿Selwyn?.— Preguntó una voz a lo lejos, Tabitha pudo ver una silueta pero no pudo distinguir quién era, ya que las lágrimas tapaban su visión, solo supo quién era por la voz.

—¿Lu?.— Preguntó asustada y con miedo de moverse de su lugar. Finalmente, Draco apareció frente a ella, mientras la miraba con el ceño fruncido y con un pequeño puchero en sus labios.

—¿Qué haces aquí, Lucie? Es peligroso que andes por ahí sola.— Draco se dió cuenta de que sus ojos lagrimeaban por lo que con mucho cuidado y despacio, acercó su mano a la cara de Tabitha y la colocó sobre su mejilla, la dejo quieta por un par de segundos hasta que ella dejó de temblar y se acostumbró a su toqué, con mucha delicadeza, quitó cualquier rastro de lágrimas de su rostro.— No llores, Lu, no pasa nada, aquí estoy.

Tabitha cerró los ojos y se concentro en dejar de llorar, mientras asentía lentamente hacia Draco.

—Me perdí.— Susurró ella, aún con los ojos cerrados.— No supe a dónde ir.

—Esta bien, Tab. Aquí estoy.— La niña volvió a temblar y Draco pudo ver cómo su labio inferior empezaba a temblar, avisándole que iba a volver a llorar.— ¿Quieres un abrazo?.

Tabitha lo pensó un poco, no le gustaba que la tocaran y un abrazo significaba mucho contacto físico, y ella no estaba muy segura de que eso fuera lo mejor en ese momento, pero su corazón no le hizo caso, por lo que su cabeza asintió lentamente. Lo siguiente que sintió fueron los brazos de Draco alrededor de sus hombros, mientras la atraía hacia su pecho, en un principio todo su cuerpo se tenso y se puso rígido. Empezó a contar mentalmente, tratando de ignorar esa sensación de incomodidad en su pecho, pero cuando Draco le dió un pequeño beso en su cabello, todo desapareció y todo rastro de incomodidad también. Se relajó en sus brazos y lo abrazó de vuelta. Y por primera vez en un abrazo, se sintió cómoda y más porque Draco dejaba lentas y delicadas caricias en su cabello, suspiró por la comodidad del momento.

Draco dejó que la niña se relajará en sus brazos, cuando la vio enmedio del pasillo llorando, le fue imposible ignorarla, era verdad que no la aguantaba la mayor parte del tiempo, pero no era tan malo como para dejarla ahí. Por lo que le habló y se aproximó a ella, y cuando estuvo cerca y sus miradas se conectaron, supo que había hecho lo correcto. Los ojos de Tabitha lo habían mirado como su salvación y también pudo ver el alivio en ellos. Y ahí estaba él, abrazándola, tratando de tranquilizarla porque había descubierto que no le gustaba verla llorar, bueno era algo que ya sabía, pero haberla visto tan asustada y confundida, le había dejado un sabor amargo en la boca.

—¿Estas mejor, Lu?.— Le hablo lentamente cuando sintió como las manos de ella soltaban un poco su suéter.— Ven, vamos a otro lado, aquí hace mucho frío.

Tabitha asintió lentamente mientras se alejaba de él, Draco le extendió la mano y ella hizo una mueca, creía que era demasiado contacto en un día, Draco se dió cuenta y señaló la tela de su suéter.

—Esta bien, Lu, toma la tela de mi suéter, así no me vas a tocar.— Le dijo con paciencia, Tabitha lo pensó un segundo y accedió, ya que era verdad, no iba a tocar su piel, solo iba a tocar su suéter.

Acercó su mano a la muñeca de él y se agarró de ahí, sintiendo la tela del suéter entre sus dedos y la palma de su mano, Draco empezó a caminar despacio con Tabitha ligeramente detrás de él.

—No nos vamos a perder, ¿verdad?.— Susurró la niña con miedo y Draco negó.

—Claro que no, estás conmigo ahora y nada malo va a pasar, o nuestros padres se van a enterar.

La seguridad en la voz de Draco, le dió confianza a Tabitha por lo que se dejó guiar por el castillo, sin tener ninguna idea de adónde se dirigían, solo siguió a Draco.

Finalmente, salió de sus pensamientos cuando un olor a perfume invadió sus fosas nasales, miro a su alrededor y se dió cuánta de que estaban en la habitación de él. La cama estaba desordenada y había un poco de ropa tirada en el piso, trató de no darle importancia y se concentro en el cuerpo de Draco, que estaba frente a ella.

Él se alejó lentamente de ella y se encamino a su baúl, de dónde saco un par de sudaderas, una se la puso él y la otra se la extendió a Tabitha, quien miró la prenda con desconfianza.

—Es de algodón, Tab, no te preocupes.— Le dijo, sabía que Tabitha odiaba cualquier prenda que no fuera de algodón, ya que sentir otro tipo de material en su cuerpo le hacía alergia y además de sentía demasiado raro.

La niña la tomo y después de examinarla un poco se la puso lentamente.

—Sientate, si quieres.— Le dijo el niño, mientras se agachaba para recoger la ropa que estaba en el piso, Tabitha le hizo caso y se acercó lentamente a la casa, después de examinarla un poco, se sentó en ella,  observó como los brazos del platinado estaban llenos de ropa y como se movía de un lado a otro.

—¿Esto está sucio?.— Le hablo Tabitha después de unos segundos en silencio, mientras levantaba unos boxers con la punta de sus dedos, observando la prenda con confusión y asco.

Draco sintió como sus mejillas y todo su rostro se calentaban de la vergüenza, se acercó rápidamente a la niña y le arrebato la prenda de sus manos. Tabitha escuchó como la puerta del baño era cerrada con fuerza e hizo una mueca, mientras llevaba sus manos a sus oídos, tratando de que el ruido no se escuchara demasiado fuerte.

Estuvo unos minutos sentada, moviendo sus pies que no llegaban a tocar el suelo, hasta que se cansó y con mucho cuidado se acostó en la cama, cerró sus ojos mientras pensaba en su gatita. Se relajó tanto que casi se queda dormida, si no fuera porque sintió como la cama se undia un poco. Abrió los ojos y vio a Draco sentado junto a ella.

—¿Y si faltamos a clases?.— Le hablo él en un susurro.

—¿Por qué?.

En platinado se encogió de hombros.

—No se, solo no tengo ganas de ir.

Tabitha lo pensó un poco pero no estaba segura, hasta que recordó algo.

—Si nos quedamos, ¿me contarás todo sobre Francia?.— Le preguntó la niña con ilusión y Draco no pudo negarse.

—Lo que quieras.

—Quiero saberlo todo.

Draco asintió, mientras se acostaba a un lado de ella.

Y así pasaron su día, ambos acostados, disfrutando de la compañía del otro, mientras Tabitha escuchaba atentamente a Draco hablar sobre la gente de Francia, su cultura, su gastronomía y sus lugares turísticos. Demasiado fascinada por todo lo que le contaba el platinado, lo escuchó de principio a fin. Y después, Draco la escuchó hablar sobre Italia y al igual que ella, se quedó fascinado por todo lo que le contó la Ravenclaw.

Fue la primera conversación real que tuvieron y la primera que disfrutaron completamente.





















Holaaaa, solo paso por aquí para dejarles esto, ya que Autism ya tiene más de 245k de vistas y no lo puedo creer, muchas gracias a todos!! <3

AUTISM || Draco Malfoy ✓Where stories live. Discover now