Chapter 24

1.8K 128 29
                                    

Taylor

El silencio nos rodeaba mientras todos nos sentábamos junto a la mesa del desayuno en la terraza exterior unas horas más tarde.

La tensión era muy enervante.

Bill y Mellie estaban sentados frente a mí en el pequeño sofá mientras Hirato, Gustav y Georg se sentaban en cada silla, intentando todos leer el periódico. Los tres parecían sospechosamente incómodos y recelosos de su lectura. Mellie y Bill no dejaban de lanzarme miradas mientras comían del desayuno.

Yo por mi parte me sentía miserable y
extasiadamente feliz al mismo tiempo mientras bebía de mi café, tratando de ignorar la tensión.

—¿Así que esto es todo? —Mellie fue la que finalmente habló. Todos los chicos y yo dirigimos nuestra atención hacía ella antes de que sus ojos se volvieran hacia mí en busca de una respuesta.

—Supongo que sí —afirmé dubitativa.

—¿Así que Blake es historia? —preguntó Hirato, con la voz llena de un deje de decepción mientras yo volvía los ojos a su suave marrón. Sabía que se preocupaba por mí y que quería lo mejor para mí.

—Sí, todavía no he resuelto lo de la escuela, pero sé que no tengo fuerzas para hacerlo —suspiré y dejé el café.

—¿Y cómo está? —preguntó Gustav, corrigiéndose las gafas.

—Estoy bien... —alguien contestó de repente por detrás cuando giré la cabeza y vi a Tom en la puerta en vaqueros y camiseta. Cojeaba y caminaba muy despacio mientras se acercaba a nosotros.

—¡Tom, se supone que tienes que relajarte en la cama! —Bill frunció el ceño a su hermano que lo ignoró completamente. Tomó asiento a mi lado en una de las sillas mientras miraba la comida que estaba colocada en la mesa.

—Bill tiene razón Tom, no deberías estar levantado —murmuró Georg mientras Tom le lanzaba una mirada aburrida.

—Tengo hambre, vale, hace días que no como —murmuró y empezó a tomar algunas cosas de un plato. Alcanzándolo, siseó de dolor y rápidamente tiró de su brazo hacia atrás cerca de su cuerpo.

—¡Ves! ¡Quédate en la cama! —se quejó Bill mientras Mellie lo miraba con desprecio.

Aproveché la oportunidad para tomar algo de fruta, tostadas y otras cosas y se las puse en el plato. Se lo pasé a Tom, que se había acomodado un poco más en la silla. Me dedicó una sonrisa de agradecimiento mientras tomaba el plato y lo colocaba sobre su regazo, sus dedos rozaron los míos levemente.

Cuando empezó a comer, de repente todo el mundo lo miró, observando cada uno de sus movimientos mientras yo notaba que Tom intentaba ignorarlos por completo.

—¿Cómo puedes mantenerte en pie después de semejante paliza? —Gustav dijo con el ceño fruncido y Tom se encogió de hombros.

—Deja a Tom en paz Gustav, no creo que él
quiera interrogatorios en este punto —Georg habló y la tensión se alivió un poco mientras se recostaba despreocupadamente en su silla y empezaba a leer el periódico de nuevo.

Tratando de desviar la conversación hacia otra cosa, me volví hacia Hirato.

—Hirato, ¿Te encuentras mejor? —le pregunté mientras me dedicaba una bonita sonrisa.

—Ellos se lastimaron más que yo así que estoy totalmente bien, solo unos moretones aquí y allá pero nada para llorar —bromeó haciendo que una sonrisa se formara en mi rostro.

—Bien, porque si no, tendría que besarte para que se te pasara el dolor, ¿Verdad? —le respondí. Asintió con una sonrisa bobalicona mientras el pelo negro y liso le caía un poco sobre la frente. Ya no lo tenía tan corto como antes. Se lo había dejado crecer un poco para conseguir ese aspecto de "japonés sexy" como él mismo lo llamaba.

Hunted by the mafia, memories and secrets in Rome / Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora