O̴N̴E̴ ̴S̴H̴O̴T̴S̴ - Eminem y T/n

⋆☆ 6 Pt1☆⋆

EDADES: T/n 21 y Marshall 32

*Narra T/n*

Estaba tirada en mi cama con la luz apagada, no podía dormir. Tenía la puerta un poco abierta, y decidí llamar a Marshall.

- ¡Marshall! ¡Ven!- Le grito.

Oigo como sus pasos se acercan a mí, y entonces abre la puerta.

Le veo en el marco de la puerta, sin camiseta, pudiendo ver así todos los tatuajes de sus brazos, en ese momento le veía demasiado sexy, pero no le iba a hacer nada.

- ¿Qué pasa mi amor?- Me dice preocupado pasando adentro del cuarto y acercándose a la cama.

Se sienta en la orilla de la cama y yo también me siento.

- Marshall... N-no puedo dormir.- Le digo en voz baja.

- ¿Estás cansadita mi amor?- Me dice acariciando una de mis mejillas.

- S-sí.- Le digo.- ¿Puedes dormir conmigo?- Le digo, a lo que él me mira con ternura.

- Puedo hacer otra cosa si quieres, bebé.- Me dice con una sonrisa pícara.

- ¿El que daddy?- Le digo fingiendo que no sé nada.

- ¿Enserio lo quieres saber, baby girl?- Me dice.

Seguidamente lleva su mano a mis partes, todavía en los pantalones, y me acaricia eso, haciendo que suelte un pequeño jadeo.

- Bebé, estaba esperando a tu cumpleaños, pero creo que te daré tu regalo ya.- Entonces se levanta de la cama.

Sale de mi cuarto, pensaba que no iba a volver, pero luego volvió con una caja extraña, no sabía lo que era porque estaba cubierta de papel de regalo rojo oscuro.

Se vuelve a sentar en la cama y me da el regalo.

- Ábrelo.- Me dice seriamente.

Quito el papel de regalo y él me ayuda a quitarlo. Al abrirlo no sabia que era, me quedé confundida, así que miré a Marshall.

- ¿Qué es, Marshall?- Entonces él suelta una risa al ver mi inocencia.

- Un vibrador mi amor.- Me dice mientras se muerde el labio.

Todavía le miro confundida.

- ¿Para qué sirve?- Me mira con ternura.

- ¿Quieres saberlo, bebé?- No entiendia para qué servía eso.

- Mhm.- Le asiento.

Entonces me tumba en la cama, me sentía un bebé por como me hablaba y me trataba Marshall.

Me empieza a bajar los pantalones, no entendía porqué hacía eso. Cuando acaba tira los pantalones a un lado de la habitación.

Luego me quita las bragas, a lo que me sonrojo, y me tapo con las manos, a lo que él suelta una risita.

- Mi amor, tienes que quitar tus manitas de ahí.- Me dice sonriendo con maldad.

- E-esque...- Le digo con vergüenza.

Me aparta con cariño las manos de mis partes y hace que me sonroje. Me sostiene las manos hacía arriba para que no me vuelva a tapar, mientras yo me retuerzo para que me suelte.

- Oye nena, deja de moverme o te chupare el coño.- Mierda, eso ha hecho que me encienda muchísimo.- ¿Me vas hacer coger las esposas?- Me dice sonriendo como un pervertido.

- Hazlo daddy.- Le digo.

Entonces de su bolsillo de atrás saca unas esposas, con una especie de pompones rojos en las partes donde se ponen las muñecas.