#05 ❝ E & X ❞

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— ¿Dónde fue Marlena? -preguntó a sus compañeros al sentir la puerta cerrar y el auto partir.

— Fue a buscar a un amigo -mintió lo último la rubia.

— ¿Amigo? -soltó y luego pensó- Ah, ya entiendo -asintió.

— ¿Por qué?

— ¿Acaso te preocupa? -soltó esta vez Thomas, bromeando.

Ethan se estaba poniendo demasiado nervioso con tantos enredos que cada uno de los integrantes de la banda le bordeaba al estar solo, luego de estar bastante cerca de la mejor amiga, casi otra hermana de Victoria.

— Ya basta chicos, él es consciente de sí mismo -murmuró Damiano y Ethan lo miro confundido.

— Estúpidos, se inventan todo -dijo el último mencionado para secar algo de su cabello y bajar a comer algo.

Los otros lo miraban mientras bajaba las escaleras lo más precavido posible, como si estuviera ocultando algo, hasta que rieron cuando este desapareció de su vista para luego abrir la nevera y servirse algo fresco para la mañana.

¿Acaso habrá comido? -pensó mientras tomaba un batido listo y veía como este bajaba cada que lo acercaba a su boca.

Miró alrededor y nada, absolutamente nada. Solo un par de platos limpios y secos de ayer. Decidió ordenarlos y tomar las llaves para ir a la casa de los padres de Victoria a hacer una visita de aburrimiento.

(. . .)

El aeropuerto era un caos tremendo, las vacaciones ya habían llegado y muchos destinos estaban con los brazos abiertos para la llegada de turistas, familia y amigos. Miraba a la recepción y escuchaba lo que decían aquellas chicas, recorrer el pasillo izquierdo y esperar, en unos pocos minutos gente variada estaba esperando a la que salía del abordo. Al distinguir el cabello claro de Liv y su gran estilo, me acerqué y ella me abrazó corriendo con aquella maleta y pequeño bolso, era uno de los abrazos más cálidos que había sentido en tan poco tiempo.

Estudiábamos lo mismo y sin embargo nuestras clases eran de lo más variadas, cosa que nos complementaba a la hora de cenar en el campus siendo roomies desde que habíamos ingresado a aquella carrera, descubrimos que teníamos intereses complementarios y disfrutábamos haciendo eso. Ella amaba la guitarra con su vida y yo amaba tocar el bajo desde que tenía memoria y desde que teníamos uso de razón, grabábamos y nos reíamos de aquellos clips, mostrándonos una faceta totalmente distinta a lo que nos íbamos a dedicar.

— Tanto tiempo! -solté feliz.

— Dios, sí, el calor del avión me estaba matando -dijo y yo reí.

— Por eso andabas con tales trajes, aunque ahora el clima temprano no favorece demasiado -tomé en forma de pinza sus prendas frescas- pero te ves preciosa -esta vez fui yo quien la abracé.

— Tengo hambre -soltó de repente en medio del acto y yo me separé a carcajadas.

— Si no te conociera... ¿Vamos por un café primero? -le ofrecí y con gusto ella aceptó.

— Y bien amiga Marlena, ¿Qué te trae por aquí? -apoyó uno de sus brazos en mis hombros.

— Umh... ¿No se supone que debería yo hacer ese tipo de preguntas?

— Lo sé, lo sé pero -alargó la e para luego pausar- yo quiero saber todo.

— ¿Todo? -pregunté.

— Ajam, lo del concierto.

— ¿Qué? -abro mis ojos más de lo normal, estaba sorprendida.

— Es imposible no saberlo, salió en la mayoría de los lugares y no, no lo supe yo en un principio, Laurent preguntó por ti -se respondió rápidamente.

AMARTI | Ethan TorchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora