#04 ❝ ROCKERITO ROMÁNTICO ❞

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Al día siguiente los pasos se escuchaban poco a poco cada que amanecía. Primero fue Thomas quién frotó su mano sobre su cara para espabilar, luego Damiano que se dirigía al baño para tomar una ducha y Victoria quién al despertar su corazón se aceleró rápidamente al alzar su cuerpo para que sus pies puedan tocar la superficie y correr hacia la habitación del menor.

Victoria abrió la puerta y Thomas soltó un quejido de susto a tan temprana hora y ya entró en consciencia cuando esta se lanzó a su cama para contarles todas las ideas que tenía por hacer estas semanas respecto a la banda.

— Oh Vic -soltó Thomas cansado.

— Ya levántate flojo -bostezó fuertemente y chilló.

— ¿Qué quieres?

— Buenos días...

— Te odio -dijo Thomas para tapar su rostro con el gran cobertor.

— Yaa -soltó irritada por la atención del chico- te venía a contar cosas importantes.

Al escuchar eso, Thomas corrió algo del cobertor de su rostro dejando ver solo sus ojos medio adormilados, suspiró y se corrió para darle un espacio más cómodo a la chica y a él.

— Bien -susurró Vic y continuó- ¿Te acuerdas del ritmo que había creado Ethan?

— ¿El del estilo rockerito romántico? -soltó a lo que Vic se hechó a reír.

— Ajám, ese mismo -pausó- ¿Qué piensas de eso?

— Me gusta, aunque falta la guitarra para que sea perfecta -se burló.

— Y el bajo, egocéntrico -lo calificó irónicamente.

— Lo que tú digas... porque ni siquiera se escuchará, dice la que se olvida de Damiano -soltó y Vic le pegó en el hombro.

— Auch! -se quejó.

— Ya vamos -La rubia se levantó de la parte baja de la cama y Thomas hizo lo mismo para luego caminar por el pasillo de Damiano.

— Yo iré por Damiano y tú por Ethan -soltó Thomas.

— Bien, cuéntale lo que hablamos previamente. Estoy segura que Damiano aceptará -asintieron y se separaron por el pasillo.

El apartamento era inmenso y bastante cómodo, se rodeaba de ventanales y colores blancos, era un lugar bueno para convivir una banda, por un lado, se encontraba el estudio y el lugar de ensayos y al salir de esta estaba la gran sala de estar y el comedor con una cocina moderna y minimalista, si bien las luces no eran necesarias en el día, en la noche le hacían de mucha falta ya que la noche se hacía notar dentro de esta. Ellos estaban por el segundo piso corriendo de acá para allá para llamar a sus demás compañeros de banda y hacer lo posible para publicar un nuevo álbum que saldría pronto y que pronto lo anunciarían.

Thomas se sorprendió al abrir la puerta de la habitación de Ethan y caminó por el pasillo para tocar a Vic de la espalda y preguntarle dónde estaba. Ella estaba desconcertada y dijo que no sabía nada así que tocó la puerta de Damiano y se la encargó al guitarrista mientras ella iba a las otras habitaciones, como la de su mejor amiga y esta estaba abierta y ordenada.

Caminó hasta las escaleras y las bajó despacio para no hacer demasiado ruido y como ella podría esperar, los dos estaban allí, en el sofá acomodados mientras dormían plácidamente cubiertos de una manta con sus cabellos desordenados y sus rostros relajados.

Thomas se dio cuenta de la presencia y junto con Damiano se acomodaron al lado de Victoria y los tres los contemplaban sin creerlo.

Ethan no era una persona tan abierta como para confiar en las chicas y mucho menos con una apariencia que encajaba perfectamente con el estereotipo social de una persona visual trabajando de modelo y estudiando cine, pero ninguna de estas cosas la sabía con exactitud él mismo, solo sabía lo justo y necesario, lo que ella le contaba y contó en menos de un día de conocerse. Sin embargo, si bien no era lo demasiado expresivo sentimentalmente, era bastante protector con la gente que le rodeaba y le preocupaba no hacer las cosas bien, le preocupaba defraudar a la gente que quería y mucho más le preocupaba hacer sentir mal a la gente que le rodeaba porque todas las expectativas altas recaían en él y solamente en él.

Poco a poco los dos comenzaban a moverse para acomodarse y Ethan gruñó plácidamente a lo que los tres que estaban a mitad de la escalera, subieron rápidamente a cambiarse y continuar con lo suyo.

( . . . )

*Ring, Ring, Ring*

Al abrir los ojos me sobresalté por el ruido del tono del teléfono y el que estaba al lado actuó de la misma manera, me giré para mirarlo y me disculpé, él sin embargo se acomodó recto y me facilitó el movimiento de mi cuerpo para alcanzar el teléfono estirando mis brazos, pensé que caería, pero al verme tambaleando tomó mis caderas desde atrás y me llevó a su dirección al ya haber cogió el teléfono.

— ¿Si? -contesté mientras veía como Ethan se paraba para dirigirse al segundo piso dejándome sola.

— Mar, ya llegué -soltó emocionada una voz femenina.

— Umh...

— ¿Recién despertaste? -soltó

— No del todo -solté para luego quitar el celular de mi oreja para ver bien el nombre- Ah! Liv, eras tú

— Por fin caías en cuenta, ¿Te encuentras bien?

— Sí, no te preocupes. ¿Puedes esperarme un poco?

— No hay problema, con tal de que no llegues en la noche...

Reí como una loca en ese momento.

— Está bien, en 30 minutos estaré allí -admití para luego colgar y correr al baño para ducharme y luego ir a la habitación para arreglarme.

Opté por una falda cómoda color negro y medias casi translúcidas del mismo color, encima un suéter delgado color gris y por último unas botas que llegaban por debajo de la rodilla. Tomé un bolso negro y eché algo de dinero, documentos y lo que no podía faltar, mi celular.

Al salir decidí saludar y despedirme de los demás así que fui a la habitación da Victoria y al abrir me sorprendí de ver a la mayoría de ellos, menos Ethan.

— Oh! No esperaba verlos a todos aquí, solo venía a saludarlos, desearles buenos días y despedirme- musité.

— Muchas gracias, igual tú -sonrió Thomas para acercarse a mí.

- Buen día para ti bella Marlena -canturreó Damiano.

— Si si si, ¿Para dónde vas tan arreglada? -preguntó Vic alzando una ceja para mirarme de arriba abajo y los demás la imitaron.

— Iré a buscar a una amiga que acaba de llegar, ¿Por qué me miran así? -solté asustada.

— Porque estás muy guapa -dijo Thomas al ver que el tiempo se hacía eterno.

— Sí, así es -Damiano le dio la razón.

— Cualquier chico o chica -pausó al decir eso- que te viera, se enamorará perdidamente de ti al verte así por primera vez.

— Ya... -me estaba sonrojando y bajé las escaleras- Ya vuelvo -les alzé la voz y tomé el auto rojo pequeño que había dejado Nica, sé que alguno de estos días vendrá.

AMARTI | Ethan TorchioWhere stories live. Discover now