Capítulo 6: Feria de emociones 2/2

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Seguíamos dando vueltas por toda la feria, pero no encontrábamos a los chicos. Lily me dijo que deberíamos ir a buscarlos, aunque me gustaba la idea de estar a solas con ella por un tiempo más.

—Siento que deberíamos ir.

—¿No quieres estar más tiempo a solas conmigo o qué? —pregunté.

—Ya sabes que no es eso.

—Lo sé, solo estaba bromeando.

Después de un rato buscando, finalmente encontramos a Kevin y Megan cerca del puesto de algodón de azúcar. Parecía que habían discutido por alguna tontería, pero se veían contentos al vernos llegar.

—¡Al fin los encontramos! —exclamé mientras nos acercábamos.

—Sí, gracias a Dios. —dijo Lily con alivio.

Kevin y Megan se unieron a nosotros y comenzamos a caminar juntos por la feria. A medida que avanzábamos, seguimos bromeando y tomándonos fotos. Sé que Megan las publicará después.

De repente, Kevin señaló hacia una atracción en particular y nos retó a todos a subirnos. Lily y yo aceptamos el reto sin dudarlo, pero Megan parecía un poco nerviosa. Después de un poco de persuasión por parte de Kevin, finalmente aceptó subirse con nosotros en ese barco giratorio.

La atracción era emocionante y nos divertimos mucho gritando y riendo juntos. Al final, salimos todos con una gran sonrisa en el rostro.

—Eso fue increíble. —dijo Megan emocionada.

—Definitivamente lo fue.—respondió Lily riendo.

—Y eso que no te querías subir.—Kevin se burla de Megan.

—No vengan a pelear otra vez. —Dije y todos nos reímos.

Decidimos hacer una pausa para comer algo y nos dirigimos hacia un puesto de comida mientras que Kevin y Megan van a asegurar mesa, Lily y yo esperábamos en la fila. Nos encontramos con un viejo compañero del colegio llamado Iker, quien se da cuenta de nuestra presencia y luce un poco sorprendido.

—Qué sorpresa encontrarte aquí, Iker. ¿Cómo has estado estos últimos años? —Pregunté curioso.

—¡David y Lily! ¡Qué alegría verlos! Han pasado tantos años, pero estoy bien, gracias. ¿Y ustedes? ¿Qué han estado haciendo desde que nos graduamos?

—Nos alegra, pues yo sigo con lo de los libros y estudio eso, y él está ahora de descanso, está estudiando en Toronto.—dice sonriendo.

—¿Cómo llevan su relación? Lo último que supe era que te ibas a estudiar a otro país.—me dice curioso.

—Pues seguimos juntos, ahora tengo unos días libres y me los vine a pasar por acá.—sonrío.

—Me alegra mucho saber eso.

Seguimos hablando un rato más hasta que a Iker le dan su orden y se despide de nosotros. Le dijimos que fue un placer volver a verlo y luego nosotros recibimos nuestra orden y nos dirigimos a la mesa a comer con los chicos.

—Estaban cómo demorados, ¿no?

—No es para tanto, Megan.—le dice Kevin.

—Bueno, vamos a comer.—Dice Lily para que no se provoque otra discusión entre esos dos.

Repartimos la comida, Megan pidió hamburguesa de carne con papas, Lily igual y Kevin y yo Hot dogs. Para ser sincero, la comida estaba muy buena. Se siente cómodo volver a comer todo juntos como antes de que me fuera a estudiar.

Mientras comíamos pasamos hablando de muchas cosas, nuestras carreras, prácticas y trabajo. Se siente como si yo nunca me hubiera ido.

—Pues yo ya tengo un buen dinero ahorrado, puede que deje de trabajar.—Dice Megan emocionada.

—Me sigo preguntando cómo te aguantan en esa cafetería.—Kevin se burla de ella.

—No empiecen chicos.—Dice Lily para calmar las cosas.

—De verdad es que ustedes no pueden dejar de pelear ni por un minuto.—Digo y nos reímos todos.

—Bueno, perdón por eso, Pilotito.—dice Megan irónicamente.

Así la pasamos un buen rato hasta que terminamos de comer y decidimos irnos ya que se estaba haciendo un poco tarde y Kevin dijo que yo también venía de un viaje y debía descansar un rato. Por primera vez, Megan estaba de acuerdo con él en algo. Agarramos nuestras cosas y nos fuimos a esperar transporte ya que no llevamos los carros.

—Nos vemos chicos, hablamos por el grupo.—Dice Lily con una sonrisa.

—No te preocupes, nos vemos.—Se despide Kevin.

Después de despedirnos de Megan y Kevin, Lily y yo nos quedamos solos, esperando transporte para regresar. La noche se volvía más tranquila y parecía que había un ambiente especial.

Finalmente llegamos a su piso y nos dirigimos a nuestros respectivos baños para ducharnos. Cuando salí del baño, me encontré con una sorpresa. Lily ya estaba acostada en la cama, mirándome con una sonrisa burlona.

—¿No vienes a dormir o qué?—me dice burlándose de mí.

Para ser sincero, me sorprendió su comentario, pero no pude evitar sonreír y jugar al mismo juego.

—Claro, solo si me prometes no quitarme las sábanas.—ambos nos reímos disfrutando el momento.

Nos tumbamos juntos en la cama, compartiendo risas y charlas mientras nos arropábamos. El ambiente se volvió cómodo y relajado, como si nunca nos hubiéramos separado.

Y entonces, en medio de nuestra conversación despreocupada, dejé escapar mis verdaderos sentimientos.

—Liliana, he extrañado tanto esto.

Puedo notar un brillo en esos hermosos ojos verdes y logro escuchar que sale de sus labios algo que sinceramente estaba esperando tanto.

—Yo también te he extrañado, David.—respondió suavemente con una sonrisa.

Nos abrazamos con fuerza, sintiendo cómo nuestros cuerpos se acoplan perfectamente. Mi corazón latía con fuerza y mis manos temblaban ligeramente. Mariposas revoloteaban en mi estómago mientras me perdía en su mirada.

—Ningún abrazo es tan reconfortante como el tuyo —susurré al oído de Lily.

Sus ojos brillaron con emoción y sus labios se curvaron en una sonrisa aún más amplia. En ese momento, el tiempo parecía detenerse mientras nos sumergíamos en un silencio lleno de significado.

Después de un rato, el cansancio nos venció y nos quedamos dormidos abrazados. Fue en la madrugada cuando desperté brevemente y miré el reloj. Eran las tres de la mañana. Me quedé observando a Lily mientras dormía pacíficamente a mi lado, recordando todos los momentos compartidos y sintiendo una gratitud abrumadora por estar otra vez aquí con ella y dije.

—Y si fuera por mí, me pasaría todo lo que me queda de vida abrazándote.

Después de decir eso, me recosté nuevamente, abrazándola con ternura, y me dejé llevar por los sueños, sabiendo que ninguna compañía es tan perfecta como la de ella.

Destinos cruzados Where stories live. Discover now