Capítulo 5: feria de emociones 1/2

33 8 0
                                    

Estaba sentado esperando a que llegaran Megan y Kevin en una banca, junto a mi novia. Aún no podía creerlo; al verla más de cerca, noté que lucía igual de hermosa que siempre, quizás incluso más. Su cabello castaño claro estaba recogido en una coleta, resaltando sus hermosos ojos verdes. No pude evitar pensar en lo afortunado que soy de que Lily sea mi novia.

David estaba sumido en sus pensamientos cuando de repente Lily le dijo:

-Amor, ahí vienen los chicos. -comentó Lily emocionada.

Desde la distancia, observé una pelea entre dos chicos e inmediatamente reconocí a Kevin, mi mejor amigo, con sus rasgos asiáticos heredados de su madre. Junto a él estaba Megan, una gran amiga mía y la mejor amiga de mi novia; una chica bajita, morena y encantadora.

-¡Hola! -exclamó Megan emocionada.

-Creí que nunca te volvería a ver, amigo.-dijo Kevin abrazándome y yo correspondiendo al abrazo.

-Pues aquí estoy, ¿no?

-Bueno, basta de abrazos venimos aquí para divertirnos.-comentó Megan.

-Tienes razón, a divertirnos se ha dicho.

De repente, Megan tomó de la mano a Lily y salieron corriendo. Las perdí de vista y nos quedamos solo Kevin y yo. Siempre fue así, las salidas improvisadas de los cuatro fantásticos eran las mejores.

-¿Qué tal todo por allá?-pregunté.

-Pues normal. Creo que lo más pesado son las prácticas, aunque me va bien. Lo difícil es no estar acá con ustedes.

-¿Con nosotros o con Lily? -mi amigo se ríe de mí.

-Sabes que los quiero a todos, aunque sí extrañaba mucho a Lily, y tú lo sabes muy bien.

-Lo sé, Pilotito. Vamos a buscar a las chicas en el puesto de chucherías antes de que se acaben todo.

Mientras nos dirigíamos al puesto de chucherías, hablamos un poco sobre nuestras clases, nada fuera de lo común. Al encontrar a las chicas, vi a Megan discutiendo con un niño de unos ocho años por una manzana acaramelada y a Lily riéndose de la situación en lugar de detener a Megan.

-Por amor de Dios, Megan. Deja eso, dale la manzana al niño y ya.-dijo Kevin un poco avergonzado.

-Sí, es mía. Los menores deben respetar.

-¿Y tú podrías comportarte como una joven que va a cumplir 20 años y dársela?-Kevin sonrió mientras hablaba.

Siendo sincero, él y mi novia son las únicas personas capaces de controlarla. Cediendo un poco enfadada, Megan le entregó la manzana al niño y comenzó la discusión entre ella y Kevin. No estaba seguro si extrañaba esto o no.

-Vamos a las atracciones. Ellos van a discutir un buen rato. -Lily me tomó de la mano y nos dirigimos hacia la rueda de la fortuna.

La fila era un poco larga, pero no veía a los demás por ningún lado y quería aprovechar estos días para pasar tiempo con mi novia. Así que esperamos pacientemente hasta que finalmente pudimos subir.

Hacía meses que no compartíamos un espacio tan pequeño juntos. Se siente como nuestra primera cita; noto que ella está un poco nerviosa, quizás porque no nos vemos en persona desde hace tiempo. Parece que tendré que abordar el tema.

-Todo bien, amor?-pregunto un poco curioso.

-Sí, es que se siente como la primera vez que salimos.-me regala una hermosa sonrisa.

-Estaba pensando eso también, ese día comiste demasiados dulces y casi vomitas.

-Deja de molestarme con eso, sabes que fue por culpa de Megan.

Me da mucha risa y ternura cuando se enoja, por algo es que me gusta molestarla, se ve muy linda.

-Deja de mirarme de esa forma -me dijo ella, con una mirada fija en mí.

-¿De qué forma? -pregunté, tratando de parecer inocente.

-No te hagas el desentendido, solo deja de mirarme tanto.

-No me hago el desentendido, ¿acaso no puedo admirar a mi novia? -respondí, arqueando una ceja con cierto tono de ironía.

-No se trata de eso, simplemente... me hace sentir incómoda cuando me miras así todo el tiempo -suspiró ella, rodando los ojos.

Un sentimiento de confusión y preocupación se apoderó de mí. Hace tiempo no nos vemos en persona y no quería que ella se sintiera de esa forma.

-Lo siento si te hace sentir así, no era mi intención. Solo... me gusta admirarte, eres hermosa -respondí sinceramente.

Ella sonrió ligeramente, suavizando su expresión.

-Está bien, entiendo que lo haces con buenos ojos. Pero me da pena que me mires tanto.

Mientras asentía con comprensión, la miré a los ojos y pude notar cómo su expresión se suavizaba poco a poco. Sin pensarlo dos veces, me acerqué a ella lentamente y en un gesto de cariño, le tomé una mano.

-Lo entiendo perfectamente -le dije con dulzura-Dejaré de mirarte tanto, pero también quiero que sepas cuánto me importas.

No hizo falta decir más. Nuestros rostros quedaron a centímetros de distancia y sentí cómo su respiración se mezclaba con la mía. Fue en ese momento cuando nuestros labios se encontraron en un beso dulce y apasionado. El tiempo pareció detenerse mientras nuestras manos se entrelazaban y nuestros corazones latían al unísono.

Finalmente, nos separamos lentamente, con una sonrisa en los labios y una sensación cálida en el pecho. En ese momento, supe que no me importaba ninguna rueda de la fortuna, simplemente en nosotros dos allí.

-Bueno...-suena un poco apenada-ya deberíamos bajarnos, ya lo están haciendo los demás, David.

-¿Por qué te pones así de rojita?-me burlo de ella.

-Deja de molestarme con eso.-Lo dice un poco enojada.

De verdad que me encanta hacerla enojar, parece un hámster con esos cachetes.

-Bueno, si ya todos se están bajando, deberíamos hacer lo mismo -sugiero, tratando de calmar la situación.

Ella asiente y nos preparamos para descender de la rueda de la fortuna. Mientras nos dirigimos hacia la salida, no puedo evitar notar cómo su sonrojo comienza a desvanecerse y una sonrisa se dibuja en su rostro.

-A pesar de tus bromas, me alegra estar aquí contigo.-confiesa.

Sus palabras me sorprenden y una sensación cálida se apodera de mí. Sonrío y le respondo:

-A mí también me alegra estar contigo, incluso si disfruto un poco de tus reacciones.

Nos miramos por un instante y luego continuamos caminando juntos, dejando atrás la rueda de la fortuna y esperando que nuestra noche siga siendo tan emocionante.

Destinos cruzados Where stories live. Discover now