Capítulo 3: reencuentro

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Ya habían pasado dos días desde que Ethan y Lily se conocieron. Dos días también en los que David se fue a esa "celebración" y no han vuelto a hablar. Ella ha estado pensando muchas cosas. Sabe muy bien que, por más que quiera, no puede estar ahora mismo allá con él. Por más que ella quiera, sigue pensando en la voz de esa chica. Sabe que él tiene todo el derecho de tener amigos allá. Es consciente de que él siempre se lleva bien con todos por su buena personalidad, lo que admira de él ya que eso no es lo suyo; le cuesta confiar en las personas y eso no le gusta.

De repente, suena el teléfono y es una llamada entrante de número desconocido.

Lily: Hola?

Xx: Soy yo.

Lily: Hasta que apareces, ¿no?

David: Lo sé, lo sé. Perdón por eso.

Lily: Tranquilo, sé que tienes tus cosas también.

David: ¿Estás en casa?

Lily: Sí, ¿por?

David: Te mandé un paquete. ¿Abres?

Lily: Sí. Nada más tocan el timbre y ya voy.

David: Dale, amor. Espero que te guste.

Lily: Seguro que sí. Ahora te llamo.

*Cuelga*

Lily estaba absorta en sus pensamientos. Fue poco tiempo el que duraron sin hablar comparado con otras veces. Quiere estar con él, aunque sabe muy bien que acá está su familia y sobre todo la universidad; sabe muy bien que puede pedir traslado y así poder estar con su novio, solo que ella quiere terminar en esa universidad, se lo había prometido a su padre. Lily sale de sus pensamientos cuando vuelven a tocar la puerta y se dirige a abrirla.

—Dios mío, lo siento por demorar. Me había perdido en mis pensamientos, lo siento —dice sin levantar la cabeza y con un tono un poco apenado.

—Tranquila, hubiera sido raro que me hubieras abierto la puerta enseguida —sonríe el joven y, enseguida, Lily levanta su rostro y no puede creer lo que está pasando.

—No me jodas, ¿qué haces aquí? —lo dice feliz y sorprendida al mismo tiempo.

—Pues bien, me dieron unos días y dije que me gustaría ir a ver a mi novia y ya. ¿Puedo pasar o me vas a tener acá en la puerta hasta que termines de procesar todo, amor? —se ríe y se queda mirándola.

—Perdón, es que de verdad todavía no me lo creo. Y obviamente pasa. ¿Por qué no usaste la contraseña? Sigue siendo la misma... —el joven deja caer su bolso, la abraza y le da un beso.

—Te extrañé mucho —le regala una linda sonrisa, recoge sus cosas y se dirige a la sala.

—¿Por qué no me dijiste nada? Por lo menos hubiera preparado algo.

—Sabes que eso no me importa —David le sonríe.

Ellos se quedan hablando un rato y David le dijo que veía el piso igual. Lo único diferente es que en el mueble había nuevos libros y ya. Todo era como lo recordaba y eso le gustaba. Siguieron hablando hasta que, de la nada, Lily hace esa pregunta.

—¿Cuánto tiempo tienes pensado quedarte?

—Creo que te estabas tardando en preguntar eso ya —David le sonríe y le toma la mano—. Tengo pensado quedarme una semana. También quiero ir a ver a mis padres, aunque todavía no estoy seguro de eso.

—Entiendo. Lo malo es que no estoy de vacaciones y no vamos a pasar casi nada juntos —Lily lo dice un poco desanimada.

—Lo sé, linda. Aunque después de que llegues de la uni, te voy a esperar acá con el almuerzo o simplemente podemos salir a comer y ya —David le tira un beso y ella se ríe.

—Tienes toda la razón. Además, podemos salir el fin de semana.

—Salgamos al museo. Investigué que vienen a hacer una exposición de Van Gogh y va a durar tres días. ¿Recuerdas cuando fuimos para nuestro aniversario? —la chica asiente feliz por el plan.

—Me gusta la idea, por cierto, principito. ¿Los chicos saben que estás acá? —pregunta curiosa.

—Pues digamos que ellos sabían antes que tú, así que sí, ellos saben todo.

—Con razón Megan no vino. Según ella tenía planes.

—Lo que te diga es mentira. Yo acabo de llegar hace unas horas —sonríe inocentemente.

*Tocan el timbre.*

—¿Sabes quién es? —le pregunta a David un poco curiosa.

—Nada. Te dije que apenas vengo llegando —vuelve a sonreír inocentemente.

Destinos cruzados Where stories live. Discover now