Volveré...

29. Casate conmigo

Abigail Anderson

Cumplir años siempre me emocionaba, pero por algúna razón este año no lo hacía.

Gabriel me llevo de viaje a conocer a su familia a Verona y se cruzo con mi cumpleaños.

Abro los ojos y veo al frente de mi la mesa del cuarto llena de comida.

Y un ramo de flores, Claveles, Peonias, tulipanes rosas.

—¡Buon compleanno, bella! —Veo a un alegre y arreglado Gabriel salir del baño.

Me siento en la cama.

Y lo miro confundida.

—¿Feliz cumpleaños hermosa? —Pregunto refiriéndome al italiano que acaba de manejar.

—Sì. —dice con acento italiano.

Me estiro levemente.

—Dijiste que te gustaba que hablara en italiano para ti. Lo haré con cosas que puedas entender y decidí felicitarte en italiano.

Sonrió a tope.

No me puedo sentir mas feliz.

—Grazie.

El sonrie y camina hacía mi.

Me levanto y me envuelve en sus grandes brazos.

—Te amo, feliz cumpleaños mi amor.—Susurra en mi oido.

—Te amo, gracias. —Susurro pegada a su pecho.

Separo la cara levemente y el quita mi pelo de la cara.

—Gracias por dejarme estar un año mas.

—Los que quieras. —Digo sonriendo.

Se acerca y me da un suave beso.

—¡Empezo la celebración de cumpleañooooos!

Ese día Gabriel se la paso consientintiendome.

Estuvimos comiendo en lugares de Verona, Italia.

Al final del día estamos por alguna razón acostados en le piso, su brazo esta sobre mi abdomen y el esta en mi espalda.

—Te amo, Abby.

Acaba de subir un publicación con videos míos recopilados haciendo muestra relación pública.

—Te amo mas.

Su respiración esta en mi cuello.

Me giro y su nariz roza la mía.

—Gracias por todo.

Sonrió levemente y veo sus ojos brillosos.

—No agradezcas.—Pongo mi mano en su mejilla. —¿Nos metemos a la bañera?

El asiente y nos levantamos hechos chispa.

Ponemos el agua y hacemos burbujas.

Gabriel pide dos botellas de champagne al servicio habitación.

—Per te mia bella signora.—Me da la copa y suelto una risita.

—¿Me acabas de decir señora?—El suelta una carcajada.

Me cruzo de brazos y lo miro sería.

—Noooo, dije "Para ti mi bella dama".

Entrecierro los ojos en su dirección.

—¿Debería creerte?

Asienge satisfecho.

—Si, porque me amas.

Asiento.

Hemos tomado ya esta tarde pero consideró que aun no estamos borrachos.

Estamos ya dentro de la bañera frente a frente.

—El mundo afuera debe de estar enloqueciendo.

Asiento.

—Nuestros representantes deben de estar volviendose locos tambien.

Me muevo hasta el.

Ya estoy un poco mas ebria.

Me recuesto en su pecho y el me da un beso en la mejilla, otro en la frente y uno en la nariz.

—Casate conmigo.—Dice de la nada y siento que la borrachera se me bajo.

Lo miro consternada.

—¿Que?

—Casate conmigo.

Lo miro soprendida.

—Te aseguro que tendras la pedida que quieres tener. Pero, ¿Si quieres una vida conmigo?

Asiento frenéticamente.

—¿Es broma tu pregunta? Claro que si. Si quiero, te he amado tres veranos, pero Gabriel, los quiero todos a tu lado.

Vuelve a besar mi cara.

Por mucho tiempo se me dijo que el nunca me pediría matrimonio, es futbolista y por alguna razon los futbolistas no suelen casarse, hay algo que dicen sobre una maldición, que arruina su carrera.

Me lo creí.

Creí que el de verdad no querría arruinar su carrera por mi, hasta que se lo pregunte.

Flashback

Bajo mi laptop y lo miro de frente.

—¿Gabe?

El levanta la mirada de su teléfono.

—¿Que pasa?

—¿Te casarías conmigo?—Sus ojos se abren y parece fuera de si.

—¿Me lo estas pidiendo?

Niego riendo.

—No, aun. Solo que... la maldición de la que hablan.

Estira su brazo tomando mi mano dejando leves caricias.

—No me importa la maldición, he estado sin ti teniendo todo lo demás. Amo el fútbol con mi puta vida pero por ti, Abbey... Joder, tu eres mi mundo, No me preocupa si mi carrera decae siempre y cuando decaiga a tu lado.—besa mi mano levemente.

Suspiro.

—Eres todo lo que quiero y podría querer en el futuro.

Fin del flashback.

Se quiere casar conmigo.

Y yo con el.

Y eso es todo lo que necesitamos.