Abigail Anderson
Me coloco los lentes despues de tomar una foto al atardecer en la playa.
Veo a Maisie y Mark caminando por la orilla de la playa y desde mi lugar les tomó algunas fotos.
Se ven geniales.
Suspiró y cuando veo a lo lejos unos chicos con camaras.
La prensa.
Claro que la prensa ya sabe que estoy acá.
Paso una semana y estamos en nuestro último dia de nuestro fin de semana en Canarias.
Regresaremos mañana por la mañana a Madrid.
He visto las noticias estos dias y era de esperarse.
Abbey Anderson vuelve a España.
Abigail vista cerca de un chico médico.
La última noticia me dio mucha risa.
Hace un par de días sali a tomar un cafe con Piñeros mi antiguo interno.
Josh.
Claramente no pasamos desapercibidos y la gente ya cree que estamos juntos.
Pero el sale con una pintora bellísima.
Mi cumpleaños es en dos días y no tengo planes para el.
Nos vamos de la playa esa noche y cenamos en el restaurante del hotel.
Cuando estamos cenando Mark habla.
—Abbeeeeeey.—Automáticamente se que pedirá algo.
—¿Necesitas algo, Mark?—Dejo el tenedor de lado.
Maisie se ahoga con su bebida y le niega a Mark.
—No es una buena idea, Markie.
El suspira.
Se miran por un tiempo y yo carraspeo.
—¿Se puede saber de que hablan?
Ellos se giran a verme y parecen recordar que estoy aquí.
—El día de tu cumpleaños hay un partido importante para la liga.
Cruzo mis manos en la mesa y apoyo mi cara.
Mark y Maisie se miran.
—Será temprano y nos gustaría llevarte a cenar despues.
—¿Quieren que vaya al partido?
Mark mira a Maisie.
Y luego me vuelve a mirar a mi.
—Si.
Suspiró.
—No es una buena idea. —Niego.
—Abbey, no te gustaría volver a ver a Smith o Rizzo. Incluso Javi ahora que se convirtió en nuestro entrenador.
Me muerdo la mejilla porque es tentadora y aunque me cueste admitirlo también lo quiero ver a el.
—Está bien, yo creo que necesito dejar de limitarme por lo que paso. Todos eran mis amigos y merezco volver a verlos.
Ambos asienten.
—Justo, Abbey. Te la pasarás genial.
(...)
Me levanto el día de mi cumpleaños con el desayuno hecho.
—A mi no me engañan esto no lo hicieron ustedes, lo compraron. —digo sentandome en la mesa.
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Volveré...
RomanceConoces a la persona de tu vida sin saber que lo sería, seis meses que podrían unirlos o separarlos. Una cuidad. Madrid. La distancia. Las profesiones. Al final, ¿termina bien? Porque la monotonía no es necesariamente mala si se vive con la persona...
