23. Te esperé.

31 4 0
                                    

Abigail Anderson

Abbey te hará bien para distraerte.

Miro a Maisie.

Han pasado casi dos semanas desde ese dia y mis dias en Madrid han sido malos.

Realmente no he salido del departamento.

Y Maisie y Mark me ayudaron a comprar vuelos a México.

Creo que no tengo nada mas que hacer aquí.

Y estas cuidad me grita su nombre por todas partes.

Quiero irme.

—Quiero ir para despedirme de los chicos.

Maisie me abraza por los hombros.

—Apenas los volvías a ver y ya te vas de nuevo.

Hago una mueca.

—Lo siento.

Ella niega.

—Nos iremos con Mark pasadas las seis.

Asiento y me levanto para ir a ducharme.

Me arreglo para ir al entrenamiento del equipo a despedirme de ellos.

La verdad que no he vuelto a hablar con el.

Le agradezco muchísimo.

Por todo lo que hizo por mi.

Caruso fue detenido y le dieron 10 años de carcel por otros delitos.

Pense que me haría sentir mejor el hecho de que estuviera encerrado.

Pensé que me sentiría feliz.

Pero me siento igual.

Vacía.

Mañana me regreso a México y con ello quiero olvidar todo lo que paso aquí.

Quiero borrar todos los recuerdos de este viaje de mi memoria.

Un rato despues ya estamos llendo al lugar del entrenamiento.

—Posiblemente te hayas desacostumbrado pero habrá muuuuucha gente afuera.—Dice Maisie girándose.

—¿Nos pararemos?

Mark niega.

—No, ya vamos tarde y pararnos será un baje.

Llegamos al lugar del entrenamiento despues de una fuerte toma de fotos atraves del vidrio del carro.

No me he metido para nada a redes sociales estos dias y espero no estén enterados de lo que paso, pero conociendo a la prensa Española me da miedo.

Bajo del auto y camino a la entrada con la pareja detras de mi.

Los dias en Madrid son calientes pero la noche empieza a ser fresca.

Traigo un suéter morado y meto mis manos en los bolsillos.

Veo al equipo que ya empeiza a calentar.

Javi me hace una seña con su mano para que camine hacia el.

—Hola.

Me envuelve en un cálido abrazo.

Nunca dejaré de decir que es mi segundo padre.

—Lo siento mucho.

La garganta se me cierra.

—No fue tu culpa.

Lo miro.

—¿Me entiendes? No fue tu culpa.

asiento.

Volveré...Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz