Volveré...

9. Solo me enamore de ti...

Abigail Anderson

Hoy es mi dia libre en la residencia y el cumpleaños de Gabriel.

Estamos a principios de agosto.

Cruzo corriendo el aparcamento.

Entro a la oficina de Javi y me pasa el pastel.

—Vamos a prender las velas, espera. —Me dice.

No es tan grande.

Es pequeño y trae el logo de la selección y el 9 en grande ya que es su número.

Javi le clava nueve velas largas al pastel y las prende con un mechero.

Me abre la puerta de la oficina y camino a paso lento hasta los vestidores.

Javi abre la puerta un poco y le hace una seña a alguien que esta adentro.

Luego se gira y me asiente.

Abre la puerta y entro a lo que todos empiezan a cantar el Feliz cumpleaños.

Gabriel que estaba hablando con Smith levanta la mirada y nuestros ojos chocan.

Sus ojos empiezan a brillar y me sonríe.

Me voy acercando a el.

A este punto el se para de la banca y siento como algunos nos apuntan con sus teléfonos y la fotógrafa del equipo nos toma fotos sin parar.

Toma el pastel con una mano y con la otra me atrae hacia el y me da un besito en la cabeza.

—Feliz cumpleaños, Gabriel.—Le digo en un susurro.

Me mira sonriendo.

Despues de la ronda de felicitaciones de todo tipo dejamos el pastel nuevamente en la oficina de Javi.

Ellos empezaron el entrenamiento mientras yo me cambiaba.

Planeaba hacer un gran cumpleaños para Gabriel.

Sus abuelos vendrían mañana al partido. Tuve la suerte de hablar con Aurora su hermana que me paso el contacto de sus abuelos y les hable para invitarlos al partido, al principio dieron mucha pelea hasta que les dije que los gastos estarían pagados y ellos terminaron accediendo.

Con eso y la reserva en el restaurante que hice para hoy se me acabo todo el dinero que tenía ahorrado para este viaje.

Pero meh, estoy trabajando y todo valió verdaderamente la pena.

Me ato el pelo en una coleta y salgo.

En cuanto abro la puerta me encuentro a Caruso.

—Doctora. —Me saluda.

Asiento.

—Caruso.

—Oh, llameme James.

Niego.

—Caruso,¿Necesitas otra consulta? —Remarcó su apellido y salgo de mi oficina-vestidor.

El niega.

—Solo queria hablar con usted. Parece una buena persona.

Salgo al campo y el camina a mi lado.

—Gracias, pero no es momento de hablar. Deberías estar allá.— Señalo el campo.— Entrenando, no sacándome conversación.

El asiente.

—Quiero conocerla, Doctora.

Se acerca a mi y en eso alguien se pone entre nosotros.

—Caruso. —Dice completamente serio.

—Benedetti, ¿No te cansas de joder? —Dice Caruso dandole un empujon.