4. Dos citas

66 6 1
                                    

Abigail Anderson

Me suelto el pelo y corro por la calle.

Dos carros pitan y doy un brinco asustada.

Sopresa, Abbey llegando tarde.

Mierda primer dia de trabajo y voy tarde y estoy a dos cuadras del hotel aun.

Llego corriendo al lobby del hotel y para mi mala suerte que quería fingir que ya tenía rato acá los jugadores y Javi ya estaban en el Lobby.

Mark nego riendo y yo fingi una sonrisa.

—Abbey. —Dijo Tony riendo.

No me gustaría tener que disculparme enfrente de toda la selección pero no hay de otra.

—Lo siento, lo siento. Javi, Tony, perdon. Soy muy mala llegando temprano y se me hizo tarde en casa y aparte, bueno es complicado, dia de partido es igual a metro lleno. — Tony hizo una seña sin importancia mientras yo hablaba rápido.

Javi me miro.

—¿Metro? ¿Andas en transporte público?

Oh.

—Bueno, si...

Javi niega.

—Como tus jefes y ahora eres literalmente parte de la liga, tendras un auto.

Empiezo a negar y Tony pone su mano sobre mi hombro.

—Si, mañana mismo tendras el auto.

Abro los ojos.

—No se niegue, doctora.

Gire mi cabeza y lo vi ahí.

Suspiré.

—Esta bien... — digo insegura.

El resto del tiempo esperamos a los demas jugadores para irnos en el camión de la selección.

Me tomo el tiempo de ver a Gabriel ya que el esta ordenando su bolso deportivo.

Es un poco mas alto que yo.

Y su cuerpo esta fornido obviamente por el ejercicio que hace.

—¿Estas babeando?

Giro mi cabeza encontrandome con Mark y otro chico.

—No. Estaba viendo como seguía su pierna.

—Ay ajá.

Ruedo los ojos, luego de un rato estoy en el estadio.

Hoy se enfrentarían a Francia.

Me paso la camiseta de la selección por la cabeza, esta vez dice "Staff Anderson" en la espalda y sonrió.

Me paso la tarjeta para los lugares privados en los que entraré y salgo del baño.

—Me gustan esos pantalones.

Ruedo los ojos y lo miro.

—Lo que te gusta es mi trasero.

El levanta las manos.

—No se exhalte, doctora. Me gustan los pantalones negros.

Lo miro y el me sonríe de manera tierna.

—Esta empezando a quererme, lo se.

—Te encanta que sea tu doctora.

El asiente y pasa una mano por mi cintura.

—Me gustaria mas que fueras mi doctora personal y no la de toda la selección.

Mi cara se calienta y abro mucho los ojos.

Volveré...Where stories live. Discover now