1: Intruso

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11 años, 11 meses

¡Sabrina! ¡Levántate

abrí los ojos asustadamente, provocando que me caiga de la cama, mientras me sobaba la cabeza grite a mi madre

—¡Un momento mamá!


Me levantó rápidamente del suelo, y me meto al cuarto de baño, decorado de un bonito rosa pastel, con detalles blancos, un espejo sobre el lavamanos en forma de circulo, me desvisto y me meto bajo la ducha, mi largo cabello rubio cae en mi espalda todo húmedo me encanta cuando esta mojado, termino de ducharme, me envuelvo en la toalla de princesas que me había regalado papá y algo del baño, mi mamá apareció en el marco de la puerta


—Cariño ¿te ayudo a vestirte? —preguntó con una sonrisa mi madre, lo dudo por un rato

—No mamá, yo puedo hacerlo solita, gracias —respondí

Ya era hora de aprender a hacer las cosas solas- pensé, no quería que siempre mi madre se ocupara de mi y no me dejara hacer las cosas por mi misma

— Sí, es verdad, había olvidado que ya estas grandecita mi niña, bueno te esperamos abajo, no te demores —dicho esto desapareció de la puerta, cerré la puerto y me fui a mi armario .


mi cuarto era muy bonito tenía una cama de una plaza, con sabanas rosas y fucsias con muchas almohadas de corazones, tenía un pequeño escritorio debajo de la ventana, un estante con muchos cuentos para dormir, en las paredes colgaban fotos de cuando era bebe con algunos póster de princesas, en las paredes colgaban repisas con peluches de todos los colores, mis muñecas estaban encima de la cómoda blanca, estaban Micaela, María, Joselyn y muchas más, abrí los cajones despacio por miedo a que se caigan ya que aún no tenía mucha fuerza, saco un vestido floreado de color morado, me lo pongo junto con un short debajo no quería que se me viera todo, unas sandalias blancas, me cepillo el cabello, cogí unos moños y salí del cuarto bajando las escaleras, escucho la canción favorita de mi mamá, quien la cantaba cada vez que cocinaba, deleite mis oídos con esa hermosa voz que me cantaba cada vez que tenía una pesadilla y entro a la cocina, hay estaba mi papá como siempre leyendo el periódico con una taza de café en manos, mientras mamá cantaba su hermosa canción, papá se dio cuenta de mi presencia y me sonrió

—Mi amor, buenos días ¿qué tal dormiste pequeña? —preguntó dejando de leer junto a su taza de café a un lado para darle toda su atención a su pequeña rubiecita, osea yo


—Buenos días papito —dije depositando un sonoro beso en la mejilla de mi padre, y sentándome en mi habitual puesto


— Y si, dormí muy bien, soñé algo muy bonito


—¿Qué soñaste? —preguntó


—Soñé que era una hermosa princesa como la de.... —rápidamente me tape la boca abrí mis ojos azules como platos, los cuales mi papi decía que los tenia puros y felices, siempre me miraba al espejo y no veía nada diferente, son los mismos que tiene mi mamá.


—¿Cómo la de? —inquirió mi papá


—Eres malo papi, me hiciste decir el sueño, ahora no se me va a cumplir —dije haciendo un puchero, me miró con ternura conteniendo una pequeña risita

JUNTO A TI SIEMPREWhere stories live. Discover now