Capitulo 26

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Susan bajo su mirada y suspiró

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Susan bajo su mirada y suspiró.

— Sí Pau está bien, me gustas, nisiquiera yo puedo entender por qué, quizás es porque te has vuelto muy especial para mi, me tratas lindo y me entiendes, no lo sé, simplemente sé que me siento atraída hacia ti.

El rostro de Pau se volvió ligeramente de un tono rojo sutil.

— ¿Cómo estás segura de eso? — preguntó Pau dirigiendo sus ojos hacia los de Susan.

— No lo sé, simplemente sigo a mi corazón.

— ¿Eso es algo cursi, no crees?

Susan se acercaba ligeramente hacia ella.

— No es cursi para mi si se trata de ti. 

El rostro de Pau se volvió completamente rojo y se puso nerviosa.

— Susan, ¿realmente estás segura de que te gusto?

— No lo sé... tal vez solo... tengo que asegurarme.

Susan inclino ligeramente la cabeza acercandose hacia el rostro de Pau.

— Susan... yo...

— Eres muy linda, ¿sabes?

Pau se quedó sin palabras y solo continuaba mirandola con su sonrojó profundo.

Susan se acercaba más a su rostro, las respiraciones se aceleraban, sus narices se tocaban y las dos podian sentir la respiracion de la otra, finalmente Susan unió sus labios con los de la otra, dándole así un suave beso. Los ojos de Pau comenzaron a cerrarse lentamente y su cola se meneaba rápidamente mientras que Susan prolongaba el beso.

Susan al darse cuenta de lo que estaba pasando se separó rápidamente.

— ¡Dios! perdón... perdóname de verdad, no sabia lo que estaba haciendo simplemente lo hice sin pensar, agh ¡lo siento! — decia Susan entre muchos nervios.

Pau no sabia cómo reaccionar solamente miraba a Susan sin palabras.

— Yo... nosotras... por Dios... ¿enserio paso esto? — se preguntaba Pau sin saber que decir o cómo reaccionar.

— Eh... creo que es mejor que me vaya. — dijo Susan dando la vuelta para irse.

— Espera, no, no te vas a ir de aqui. — contestó Pau tomandola del brazo impidiendo que se vaya.

Unas pequeñas lágrimas se formaron en los ojos de Susan mientras miraba a la otra.

— Perdón... no quería presionarte. — sollozaba Susan.

— Yo tampoco quería presionarme, pero sin mentir te dire que me gustó.

Los latidos de Susan se aceleraban tras estas palabras, solo se quedó con los ojos húmedos y sin palabras.

— No sé Susan, sinceramente no sé si me gustas, no lo sé, la verdad es que no he tenido una buena vida amorosa, no sé muy bien el como asegurarme de esto.

Susan sonrió levemente.

— Yo te puedo ayudar con eso si deseas.

— Yo te puedo ayudar con eso si deseas

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Una Disculpa Sincera Where stories live. Discover now