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Acabó su turno tres horas antes de su horario normal. Es martes y cada dos semanas cierran antes para fumigar, hacer limpieza del local y revisar el material.

Aprovechando el tiempo de sobra, Jin se encamino hacia el hospital donde su novio está realizando sus prácticas, las cuales empezaron hace ya una semana. Lleva cargando un pequeño morral negro con un tupper con fideos fríos para que coma si es que no lo ha hecho y un dulce de maíz y chocolate, que sabe Jin, son los favoritos de Jungkook.

Solo le falta comprarle alguna bebida y ya estará listo. De alguna manera Jin no deja de sentirse nervioso pues es como si quisiera recompensarlo por lo que le dirá.

Porque habría preferido no tener que hacer esto nunca. Desde que Jungkook supo que sigue atado a su ex, lo ha sentido un poco más posesivo y Jin no puede evitar sentirse mal al respecto pues ama a Jungkook, él le ha devuelto las ganas de vivir y de amar. Él pelinegro lo hace sentir como si fuera adolescente otra vez.

Veinte minutos después, Jin llegó al hospital y entro por la parte del estacionamiento cerca del área de urgencias. Ahí se encuentra un espacio techado con bancas y mesas especialmente para las personas que debían pasar horas esperando informes de sus pacientes o simplemente querían tomar un poco de aire mientras les llegaba su turno.

Algunos médicos y pasantes van allí para despejar sus mentes y desestresarse del trabajo. Cuando Jin lo vio sentado arriba de una mesa riendo y platicando con otros de sus compañeros médicos, el corazón empezó a latirle con fuerza y sus pies se detuvieron por iniciativa propia.

Jungkook se veía muy agusto en su grupo donde además recién se percataba habían chicas también, entonces de pronto Jin considero irse mejor para no interrumpirlo. Quien sabe, a lo mejor Jungkook no quería que él fuera a buscarlo hasta allí o tal vez ni siquiera les había dicho a sus colegas que estaba en una relación y simplemente no se sentiría cómodo con verlo ahí.

Pero con un respiro de valentía, Jin siguió avanzando y al estar más cerca le llamo por su nombre.

—Jungkook —tuvo que llamarle alzando un poco la voz, pues sus compañeros a su alrededor seguían riendo y haciendo alboroto—. Jungkook...

Fue una de las chicas la que se giro a mirarle con el ceño fruncido. Entonces para sorpresa del castaño la chica se sorprendió como si le hubiera reconocido y rápidamente tiro del brazo del pelinegro para avisarle y cuando Jungkook se dió cuenta de la presencia de Jin, se levantó de la mesa rápidamente y con una enorme sonrisa de alegría y sorpresa corrió a su encuentro abrazándolo con fuerza hasta levantarlo un poco del suelo.

—¡Jin! —exclamó alegré, está fue una grata sorpresa.

—Hola —le saludo él castaño con voz suave antes de que él pelinegro le sorprendiera con un beso.

—¿Pero que haces aquí.., no deberías estar trabajando? —le pregunto Jungkook extrañado pero con una sonrisa en los labios.

Él castaño asíntio un poco tímido, pues las miradas de los compañeros de su novio ya estaban puestas sobre ambos.

—Me dieron unas horas libres —le explico— así que, bueno... —sonrojo— pensé en tí y quise traerte esto —le dijo dándole el pequeño morral negro.

—¡Oh...! ¿Y que es? —pregunto curioso Jungkook, de inmediato sopesando el morral aunque intuyó, porqué estaba pesado—. ¿Es comida?

—Si. —Respondió— te traje un poco de fideos y algo más...

Vió como Jungkook sonrió emocionado como si fuera un niño y sin esperar, abrió el morral para ver el contenido.

—¡Hey, son los dulces que me gustan!

Mejor que Conmigo (Taejin Kookjin)Where stories live. Discover now