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Lucien los llevo al castillo luego de que los hermanos se cambiarán como los nobles.
Al llegar se dieron con una fiesta que el Conde de Martel estaba dando en esos momentos.
─ Allí está ─ Lucien señaló ─ ¿Ven al Conde de Martel?, Se dirigirán a él como su alteza y a los nobles como mi señor ─ indicó ─ cuando hablen con el Conde comenten de cacería, adora a sus alcones y sus sabuesos ─ les dijo ─ ustedes hagan reverencia mis señoras, a él le gusta ver escotes prominentes ─ mencionó hacia Rebekah y Nicolette.
Nicolette asistió de mala gana, no tenía ganas de cumplir con caprichos de otros pero lo haría hasta que fuera tiempo de irse del lugar con sus hermanos.
─ Por Dios, dejen de mirar hacia arriba ─ les reprochó Lucien.
Los hermanos dejaron de mirar el techo al escuchar al humano.
Lucien le arregló un poco la vestimenta de Kol.
Kol se inclinó hacia él.
─ Tocame otra vez y te arrancaré el brazo ─ advirtió Kol sonriéndole.
─ ¡Compórtate o te enterrare hasta que te pudras! ─ amenazó Finn.
Siguieron avanzando hacia el Conde.
─ Esto no funcionará, ¿O si? ─ preguntó Rebekah.
─ Solo digan lo que practicamos ─ les dijo Lucien ─ y usted se ve adorable mi señora ─ halagó hacia Nicolette.
La hibrida levantó sus cejas un poco sorprendida por el coraje de Lucien.
Cuando Lucien llegó adelante del Conde hizo una reverencia.
─ Lucien te envié a traer al Conde de Guise ─ dijo el Conde de Martel.
─ Enfermó su alteza pero les presento a sus hijos, señores Finn, Elijah, Kol, así como las señoritas Rebekah y Nicolette ─ presentó Lucien mientras los señalaba.
El Conde Martel se enderezó en su asiento.
─ Su padre nunca los mencionó en nuestras negociaciones ─ dijo con sospechas.
Todos se miraron mutuamente, Nicolette escuchó el corazón de Lucien como si fuera a salirse y eso le dió ganas de reír por un momento.
Ella pretendía dejarlo con vida hasta que se fuera con sus hermanos, para así evitar problemas en el futuro.
Al escuchar a Elijah hablar, Nicolette salió de sus pensamientos.
─ Si alteza, nuestro padre siempre estaba distante con sus viajes y nos han criado nuestros sirvientes, sin embargo se que él consideraría un gran honor que pudiera introducirnos a la sociedad con su noble trato alteza ─ dijo Elijah haciendo una reverencia.
Kol paso al frente también para sorpresa de sus hermanos.
─ Su alteza estoy ansioso por oír historias de sus cacerías en el campo ─ mencionó sonriendo el Mikaelson ─ les presento a mis hermanas ─ señaló.
