33.

7.3K 561 6
                                    

—No creo que sea una buena idea. — opiné, luego de escuchar la decisión que mi madre había tomado.

—No estoy preguntándoles, se los estoy informando.

Rasqué mi cabeza con impaciencia, sintiéndome bastante frustrada.
Está no era una buena idea, de hecho era una pésima decisión.

—Solo no entendemos el porqué quieres hacer algo así. — preguntó está vez mi hermana.

Creo que ninguna entendíamos lo que buscaba conseguir.

—La casa allí está vacía, no podemos simplemente abandonarla.

—Si podemos. —dijimos con mi hermana a la vez.

—Si no quieren venir, no estoy obligándolas, pero yo iré. Con su padre reparamos cada desperfecto y vivimos allí durante dieciocho años.

—Me niego a revivir esos recuerdos. —no iba a ir, no pensaba hacerlo.

Con Román habíamos logrado por fin encontrar el punto de estabilidad en nuestra relación.
Por primera vez, en mucho tiempo, me sentía feliz, acompañada y apoyada. No quería perder esto, no lo haría.

—Muy bien, iré sola. Ustedes quédense aquí, mientras soluciono las cosas.

—No te dejaré ir sola mamá. —Maite maldijo, arrugando su rostro. —Pero no pienso quedarme a vivir allí.

—Solo será un tiempo, mientras tramito la venta.

Ella se había obsesionado con la idea de regresar a la casa en la que habíamos vivido con nuestro padre. Su idea era remodelarla y ponerla en venta, para luego comprar algo aquí y dejar de alquilar.
Pero en mi interior sabía que ir allí, sería reabrir viejas heridas y recordar todo lo malo que habíamos atravesado.

Dudo mucho que la doctora Magaldi se encontrará de acuerdo con esta idea. Esto sería claramente un retroceso, pero mamá no estaba escuchándonos.

—Debo estar loca. —Se quejó Maite.

—Puedes quedarte con tu hermana.

—No te dejaré ir sola. Sé que Charly también quisiera venir, pero ella tiene que trabajar y además está Román.

No solo era eso, yo no quería volver a pisar aquella casa.
No dije nada, solo me encontraba negando y deseando haberme quedado un rato más con Román.

La noche anterior me había ayudado a olvidar todo esto. Él había creado una burbuja solo para nosotros dos.
Cuando apagó nuestros teléfonos, me había quejado, ya que podría haber sucedido algo y no nos hubieran podido encontrar. Pero esa preocupación se esfumó, con cualquier otro pensamiento, cuando sus manos se encontraban en todo mi cuerpo.

—¿Tú estarás bien quedándote sola Charlotte? —Tragué saliva, tratando de pensar en otra cosa, antes de mirar a mi madre.

—Si. Solo voy a estar preocupada por como se encuentren ustedes.

Y no bromeaba. No dejaría de pensar en como se sentirían en ese lugar.

—Ya he hablado con el señor Ribas, rechace el nuevo puesto y pedí las vacaciones atrasadas.

Me guarde lo que pensaba, ella no estaba tomando buenas decisiones. Iban a ascenderla a secretaría del jefe, ¿Quién rechazaría ese puesto?

—¿ Entonces ya has preparado todo? ¿Cuándo planeas viajar?

—Si por mi fuera, lo haría hoy mismo, pero debo preparar las maletas.

Miré a mi hermana, quien no dejaba de sacudir la cabeza en señal de negación.

Protegiendo a Charly Where stories live. Discover now