031.

144 18 6
                                    

[LIAM]

—¿Que estas haciendo?

Reí ante la indignada voz de Zayn, aun con mis brazos aferrando su delgada figura por la espalda mientras nos moviamos torpemente por el pasillo de la secundaria. Las vacaciones habian terminado y tuvimos que volver a la escuela. Eso no queria decir que todo volviese a ser como antes, muchas cosas habian cambiado entre nosotros y no tenia ninguna intención de que nos olvidaramos de ello.

Aun estabamos trabajando en las demostración publicas de afecto. Zayn no era muy bueno con ellas por el momento pero tenia la suficiente paciencia para tratar con él y sus ceños fruncidos.

—Te abrazo —contesté su pregunta con obviedad, dejando un sonoro beso en su mejilla.

—Ya me di cuenta de esa parte, idiota —me miró sobre su hombro—. Estamos en publico, Liam. Esta demostrado que a pesar de que los prototipos de parejas han estado cambiando en el último tiempo, muchas personas aun se sienten incomodas al enfrentar muestras publicas de amor entre personas del mismo sexo, ya sean dos hombres o dos mujeres, y...

—¿Acabas de decir amor? —lo interrumpí.

—¿Entendiste lo que estoy tratando de explicarte? —replicó, sus mejillas coloreandose cuando volvió a mirar al frente del pasillo.

—Ouh, mi pequeño nerd acaba de admitir que me ama, ¿no es eso tierno? —susurré antes de hundir mi rostro en su cuello y soplar, logrando que el moreno se carcajeara en mis brazos. Ese era un punto de su anatomia que Zayn habia prohibido que tocara pero como amaba escucharlo reir, lo hacia cada vez que podia.

Sentí sus dedos enredandose en mi cabello cuando jaló el mismo, intentando alejarme de su piel—. Liam no —jadeo entre risas.

—¿Por qué no? Tu risa es hermosa.

Nos detuvimos frente a su casillero y decidí darle un respiro, aun así no alejé mis brazos de su cintura. Lo observé dejar sus libros dentro del mismo mientras arrojaba una mirada alrededor, captando a varias personas mirandonos, habia varias con sonrisas tontas, algunos no parecian estar comodos con nosotros pero el resto parecia solo curiosidad.

Cuando Zayn se giró en mis brazos, automaticamente lo miré, notando sus sonrojadas mejillas aunque no pude adivinar si eran debido a la risa o a la verguenza.

—No me hagas reir en publico, mi risa suena tonta —pidio, mirandome a través de sus gruesos lentes.

—Tu risa suena increible, la amo —aseguré, sonriendo con maldad antes de mover mis cejas—. Es más, ese sonido hasta me excita.

—Liam. —me miró con advertencia pero lo ignoré cuando me incliné para besar los bordes de sus labios.

—¿Que te parece si vamos a la habitación del conserje y hacemos...?

—Eso no va a suceder —aseguró.

—Bien, entonces mi auto. —aventuré—. Puede ser un poco incomodo pero estaremos bien.

Sus manitos enmarcaron mis mejillas cuando me obligó a mirarlo a los ojos y repitió—. Eso no sucederá, tengo clases y un perfecto nivel de asistencias que quiero conservar.

Hice un puchero—. Eres un aburrido.

—¿No te habias dado cuenta de eso antes? —hizo un gesto con su mano, abarcando su cuerpo—. ¿Los lentes de pasta, la ropa pasada de moda y mis brazos llenos de libros no te dieron ninguna pista? Sabia que eras lento pero pensé que estabas evolucionando, cavernicola subdesarrollado.

Me podria haber ofendido un poco por ese último comentario pero la suave curva de sus labios y el brillo divertido en sus ojos me dijo que la pequeña mierda solo estaba jugando conmigo.

—Te daré tu cavernicola, pequeño nerd —antes de que pudiese hacer algo, lo arrojé sobre mi hombro, cerrando la puerta de su casillero, y comencé a caminar por el pasillo, ignorando completamente su gritos y las miradas extrañadas que estaban atrayendo.

Habia aprendido de memoria las clases que Zayn tenia ese día para poder estar allí cada vez que saliera de una, por suerte la primera era una que compartiamos, así que solo me dirigí directamente al laboratorio de biologia. Saludé con una sonrisa a la profesora detrás del escritorio, quien me miró de forma extraña, antes de finalmente dejar al moreno sobre una de las grandes mesas de marmol de adornaban el aula.

Su ceño fruncido era adorable, así que me acerque y dejé un pequeño beso en sus labios que lo derritio un poco.

—Toda la escuela nos vio. —acusó.

—Sino hubieses gritado tanto, talvez nadie se habria dado cuenta de que pasabamos.

—Por supuesto que se hubiesen dado cuenta, me traias en tu maldito hombro. Creeme, hombre de las cavernas, nadie hace eso en este siglo, no es para nada civilizado.

Sonreí—. Aceptalo, amas que te arroje sobre mi hombro y les deje a los demás claro que eres mi nerd.

Sus ojos se estrecharon, sus labios se apretaron juntos, las arruguitas en su frente se alizaron y una pequeña curva jaló los bordes de su boca. Aun así, se mantuvo callado.

—El que calla, otorga. —canturreé.

Sacudiendo la cabeza con diversión, se inclinó y unió nuestros labios en un suave beso que respondí sin vacilación. Solo el sonido de la profesora aclarandose la garganta logró que nos separaramos. Reí al ver las mejillas de Zayn rojas de verguenza antes de que hundiera su rostro en mi cuello. Oh, mi bebé era tan vergonzoso.

—¿Tu prueba de educación fisica es hoy? —pregunté, besando suavemente su mandibula. El gemido lastimoso que escapó de sus labios fue mi respuesta. Sonreí—. Lo harás bien.

—No, soy un asco en deportes y ambos lo sabemos —gruñó, dejando caer su frente en mi hombro.

—La fuerza esta contigo, mi pequeño saltamontes. —bromee.

Se alejó, rodando los ojos antes de suspirar—. ¿Me acompañaras?

—Estaré allí en todo momento, talvez hasta podamos hacer un poco de trampa.

—En otras ocasiones diria que no pero estoy desesperado. —frunció la nariz de forma adorable.

—Señor Malik, Señor Payne, si han terminado con los arrumacos, me gustaria comenzar mi clase —la profesora interrumpio.

Le dediqué una mala mirada y ella me la devolvió. Así que con mala cara, baje a mi nerd de la mesa y me senté en mi lugar, aun haciendo pucheros.

—Oh, por favor, tienen todo el día para hacerse cariñitos, quite esa cara de perro apaleado, Señor Payne —la profesora rodó los ojos en mi dirección antes de voltearse para comenzar con su clase.

Eso no logró que cambiara mi expresión. Eso fue hasta que uno de los cuadernos de Zayn se deslizó hacia mi y leí lo que decia en la parte superior. Sonreí.

"Si quitas esa cara, prometo ayudarte con tu fantasia en los vestuarios del gimnasio. Z".

Esas palabras rebotaron en mi mente como una señal de alarma cuando Zayn no apareció para su prueba de gimnasia. 

Socialmente Torpe |Ziam|Where stories live. Discover now