023.

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LIAM.

—Quedate a cenar.

Zayn se aferró a mi mano con fuerza cuando estaba a punto de cruzar el umbral hacia la calle. Volteandome, lo observé sorprendido ante la propuesta. Me habia quedado a cenar con anterioridad pero por lo general, habia sido uno de los padres de Zayn quien habia verbalizado la invitación mientras el moreno se quejaba diciendo que si nos pegaban por la cadera, no pasariamos tanto tiempo juntos. Si, me aprovechaba de las invitaciones para poder pasar más tiempo con él, no voy a negarlo.

Ahora, el que él me estuviese invitando por voluntad propia era demasiado extraño como para que aceptara sin discutir. Pero entonces su mirada se deslizó de mi, a la puerta de la sala donde se podian escuchar las voces alegres de su familia, seguramente interrogando al recien llegado. Un estremecimiento hizo temblar su delgado cuerpo, logrando que frunciera el ceño.

¿Acaso Zayn le temia a su hermano?

Habia sido presentado a Keegan como el novio de Zayn pero no habia hablado el tiempo suficiente con él como para poder juzgar su caracter pero no me habia parecido el tipo abusivo. Pero, de nuevo, yo no era el mejor juez en ese tipo de cosas, me habia desengañado tantas veces que ya debia haber roto algun tipo de record.

Eso no queria decir que fuese a abandonar a mi pequeño nerd, si él queria que me quedara, lo haria.

—Por supuesto —sonreí, jalandolo hacia mi cuerpo con suavidad y envolviendolo en mis brazos antes de bajar la cabeza y dejar un beso en su oido—. Pero luego hablaremos de lo que sea que esta sucediendo.

—Nada esta sucediendo. —se apartó un poco, mirandome alarmado.

Quitando un mechón de cabello que caia sobre sus ojos, acomodé sus lentes sobre su nariz y suspiré—. He aprendido mucho de ti, cariño, y puedo darme cuenta cuando mientes.

—No miento.

—Mirame a los ojos y dime que nada sucede —pedi, tomando su barbilla. Me frunció el ceño pero no dijo nada cuando tomo las plaquetas que colgaban de mi cuello y jugó con ellas—. No eres capaz de mirarme a los ojos y mentirme, ¿verdad?

Negó con la cabeza.

Lo abracé más cerca—. ¿Quieres hablar de ello, tesoro?

—No —susurró—. Pero seguramente tu me obligaras a hacerlo.

—¿Es un tema en el que puedo presionar? —pregunté con cuidado.

Haciendo una pequeña mueca, observó hacia la puerta de sala y luego a mis ojos. Parecia estar debatiendo algo internamente por lo que lo dejé llegar a su decisión. Cuando tomó mi mano y me jaló por las escaleras me di cuenta de que habia llegado a algo en su mente así que lo segui. Me sorprendí cuando en vez de dirigirse a su habitación, siguió caminando por el pasillo y tomó la cadena que bajaba la escalera que daba al atico. Una vez arriba, la cerro y se sentó en el suelo, golpeando el lugar frente a él.

—¿Por qué estamos aquí? —me senté frente a él.

Mirando a su alrededor ausentemente, volvió a mi—. Me gusta este lugar —se encogio de hombros—. Viendolo desde el lado realista es solo el atico, desde el lado psicologico esto es algo así como mi lugar seguro donde nadie puede llegar sin que yo le de permiso con anterioridad.

—¿Por qué nunca habia estado aquí antes?

—¿Por qué siempre tienes que disernir cada cosa que te digo? —gruñó—. Es como si quisieras meterte en cada espacio de mi vida, saberlo todo, es irritante.

—Solo quiero conocerte —me incliné y dejé un rapido beso en sus labios—. No me contestaste.

—No viniste antes porque no te queria aquí —respondió con simpleza y una determinada expresión en su rostro.

Socialmente Torpe |Ziam|Where stories live. Discover now