Prefacio

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KORE

EDAD: 16 AÑOS

"Cuenta la leyenda que el Reino Mayor de Tálespel nació hace más de quinientos años. Convertido en algo material, en tierra firme, a partir de telas de sueños, libros de sabiduría, polvo de pesadillas y un profundo anhelo por ponerle fin a la soledad; creado con las manos de la más joven de las Tres Divinidades: Aledis.

Se dice que de manera impremeditada. Que, un día, mientras dormía, el inmenso poder de esta diosa ocasionó una explosión de energía que derivó en la creación de un extenso pedazo de tierra que flotaba sobre la infinidad del mar. Antes, visto desde el cielo, este había sido azul, hecho únicamente de océanos de un azul profundo, eterno. Ahora estaba decorado con una motita verde y marrón. Tálespel. El Reino Mayor más antiguo, y, seguramente, la primera criatura con vida en aquella infinidad de astros sin nombre.

Aledis no se conformó con haber creado tal belleza, sino que al verse a sí misma reflejada: una criatura sola y viva, decidió poblar Tálespel con hermosos seres, todos iguales y, a la vez, diferentes el uno del otro.

Cogiendo luz de la estrella más grande de todas, el Helio, dio forma a la primera criatura masculina conocida: Rommel. El hijo de la luz igualaba en poder a Tálespel, la tierra mágica y llena de secretos —algunos de los cuales incluso Aledis desconocía—.

Utilizando sus propios conocimientos, su sabiduría, Aledis dio forma a Psychikos, el hombre más inteligente, de palabras capaces de hacer cambiar de opinión a la más firme de las convicciones. El hombre hecho de papiros, lo llamaban.

Con polvo de centenares de estrellas distintas moldeó a Adamaris, una mujer que solo se dejaba ver durante la noche, cuando las estrellas eran lo único que iluminaba el cielo.

Mezclando agua cristalina del mar, la espuma de este y la arena de la costa del Reino Mayor, Lysandros nació como la segunda criatura masculina que tenía como creadora a la divinidad más joven. Lysandros controlaba las mareas, controlaba la Luna y controlaba a los lobos, su animal sagrado, que crearía él mismo poco tiempo después de nacer.

Su penúltima creación fue la más exquisita de todas, en el sentido literal de la palabra.

Se sabe que las Tres Divinidades se alimentaban de un líquido que brotaba del interior del universo a través de cascadas y manantiales. Nadie había encontrado jamás una de estas cascadas de las que emergía ese líquido brillante, espeso, dorado y plateado a la vez, cuyo sabor era deleitante. Se llamaba Ambrosía, el mismo nombre que recibió la criatura de Aledis al estar hecha de esta.

Hay mucha controversia en cuanto a la última criatura creada por Aledis, pero la versión más compartida era que venía directamente de su vientre, y que la había engendrado con una de sus tres criaturas masculinas. Se llamaba Arcadia, hecha de fuego y bondad. Aledis nunca compartió quién plantó la semilla en su interior, así que la gente pensó que era porque todos ellos eran amantes suyos, y que ni ella misma supo nunca quién era el padre de Arcadia."

—¡Pero, Kore, seguro que alguien sabe quién es el padre de Arcadia! —gritó mi hermana pequeña, Perséfone—. ¿Tú no lo sabes? ¡Es que no puede ser que Aledis estuviese con ellos tres a la vez!

Le acaricié la cabeza con una sonrisa.

—Nadie lo sabe, Sefi. Créeme, si lo supiera te lo diría —hablé mientras la arropaba con sus mantas de invierno—. De todas formas, solo es una leyenda, como las otras tantas que se escuchan en toda Tálespel. No te creas todos los cuentos de hadas que te cuento para dormir.

—Kore, las leyendas siempre tienen algo de cierto —soltó convencida. Me hizo preguntarme en qué momento la inocencia de los niños se corrompía, en qué momento dejábamos de creer en divinidades creadoras del todo. Yo, por ejemplo, hacía años que no creía en Aledis, pero mi hermana estaba convencida de que había existido alguna vez, en la lejanía del tiempo en el que Tálespel había nacido. Ella decía que alguien había tenido que crear nuestro Reino Menor, pero yo me preguntaba: "¿Y si simplemente había estado ahí siempre?".

El peón del rey (Coronas de Papel I) ©Where stories live. Discover now