Capítulo 11

1K 90 106
                                    

Kate

—Sabrina, por favor comunícame con Rene Jones.

Kate esperaba nerviosa a que su asistente conectara la llamada. Las últimas semanas habían sido agotadoras para ella y su equipo, habían pasado la mayor parte del tiempo trabajando en una nueva propuesta para M&T Bank y por fin habían conseguido algo sólido. La CEO se sentía confiada, ella misma había supervisado cada aspecto del proyecto y se había asegurado de cubrir hasta el más mínimo detalle. Si esto no los convencía entonces nada lo haría.

El teléfono de su oficina sonó indicando que la llamada estaba lista. Kate tomó un último respiro y activó el altavoz.

—Señor Jones, buenas tardes, ¿cómo se encuentra? —saludó con su tono más cordial.

—Bishop, que gusto saludarte. —La voz gruesa del hombre llenó toda la oficina—. ¿Cómo va todo por allá?

—De maravilla, de hecho lo llamaba porque hemos estado trabajando en su solicitud y por fin tenemos una propuesta que nos encantaría mostrarles la próxima semana.

Kate sonrió, incluso si el hombre no podía verla era una estrategia que le servía para ganar más seguridad. Los segundos fueron pasando y del otro lado de la línea no se escuchaba nada, solo la respiración del ejecutivo.

—¿Señor Jones? —habló Kate con la sonrisa casi borrada por completo.

—Sobre eso... lo siento mucho, Kate, pero no será posible.

Esto no podía estar pasando, Kate y su equipo habían trabajado hasta el cansancio y lo mínimo que merecían era una oportunidad de mostrar lo que habían logrado.

—¿A qué se refiere? ¿Prefiere agendar en otro momento? —preguntó todavía con algo de esperanza.

—No, me refiero a que ya no podremos trabajar juntos —respondió Rene con un poco de pena.

Kate cerro los ojos y se llevó una mano al tabique de la nariz, apretándolo fuerte para tratar de calmar el coraje que empezaba a sentir en esos momentos.

—Lo siento, Kate, sé que te has esforzado mucho pero la junta directiva tomó una decisión y no puedo hacer nada al respecto —volvió a hablar el hombre—. Intenté convencerlos pero fue inútil.

—Pero usted es el director, ¿seguro que no puede hacer nada?

—No, perdón.

La molestia de Kate iba en aumento por lo que mejor se levantó de su silla.

—Solo pido una oportunidad, por favor. —No podía darse por vencida tan rápido—. Creamos todo un nuevo programa con un sistema de reestructuración continua de barreras, los datos de sus clientes estarán totalmente protegidos, se lo aseguro.

—No lo dudo, se nota que heredaste el talento e ingenio de tu madre —la halagó—, pero la junta está preocupada de que hayas heredado otras cosas de ella —dijo incómodo.

—Si me da una oportunidad con ellos sé que podría convencerlos —dijo, ignorando intencionalmente el comentario sobre su madre.

—No es posible, lo siento mucho pero el proyecto ya está a cargo de alguien más. Estaba por avisarte.

Esto era el colmo, si ni siquiera los iban a tomar en cuenta entonces hubieran podido ser honestos desde un principio y no hacerles perder el tiempo a ella y su equipo.

—Está bien, entiendo —respondió secamente la CEO.

—De nuevo una disculpa, que tengas un buen día.

—Gracias, igualmente.

En cuanto la llamada se cortó, Kate le dio una patada a su silla haciéndola estrellarse con la pared más cercana.

Little WidowWhere stories live. Discover now