🔥 Capítulo nueve🔥

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—Entonces, ¿van seriamente?

Justin sonrió como el propio crío y después de unos segundos, me respondió.

—Ella me ha dicho que sí —se llevó una palomita a la boca—. Joder, ni siquiera sé que debería decirle cada vez que nos vemos.

—¿Que es preciosa, quizá? —bromée— Oh vamos, cálmate un poco. Eres el mejor en flirtear.

El rubio abrió la boca para responder, sin embargo el sonido de la puerta abriéndose nos dejó a ambos en un completo silencio.

Los ojos del chico que acababa de cruzar la puerta dieron con los míos y luego con los de mi amigo. No le dí importancia, ni tampoco me importó mucho ver cómo si ceja se levantaba.

Me llevé unas palomitas a la boca y sin dejar de mirarlo, parpadee muchas veces para que reaccionara.

—Ah, volviste —agregó, completamente agrio mirando al chico a mi lado en el sofá— ¿Ves cómo si...?

—Cuidado con lo que dices Asthon Miller, porque una más y te vas del departamento.

El moreno se llevó las manos al pecho y tras mirarme unos segundos, añadió.

—¿Podemos hablar en la cocina?

Ladee la cabeza, pensando.

—Uhm, no. Si quieres decirme algo, puedes hacerlo delante de él. Tarde o temprano se enterará.

Esa respuesta no pareció agradarle mucho, pero no dijo nada. Miro a Justin que se mantenía al margen, y luego me miró a mí.

El chico a mí lado se levantó dió un paso hacía el moreno y le extendió su mano derecha, Asthon lo miro de forma escéptica y yo no sabía cómo tenía que reaccionar, ¿que estaba haciendo?

—Creo que empezamos con el pie izquierdo —comunicó, llamando la atención de ambos—. Soy Justin, el mejor amigo de la chica con quién vives.

Asthon soltó una risa agria y me miró antes de hablar.

—¿Y los mejores amigos desde cuándo duermen juntos?

Me tense, eso no hubo manera de que pudiera ocultarlo. Miré de reojo a Justin que, al escuchar la respuesta del moreno, sabía que nunca le estrecharia la mano. Este también sonrió.

—¿Y desde cuándo vas por ahí besándote a tu compañera de piso? Creo que eso no estaba en el contrato.

—Tu no tienes la menor idea de eso.

—Creeme que sí la tengo. Sé porque lo digo.

—Bueno, no pasa nada con eso, ¿verdad? Al final, ustedes follaron conmigo a una pared de distancia. Estamos a mano.

—Espero que no vuelvas a ponerle una mano encima.

—Lo haré las veces que quiera, la llevaré al hospital, a mi habitación a dónde me plazca —mi amigo dió un paso hacía atrás a escuchar la palabra hospital— Al final, no he sido yo el culpable de que ella perdiera el control de su motocicleta.

No, no no, no vayas por ahí.

Justin se giró hacía mí y yo no pude mantenerle la mirada. Esto quizás no había sido culpa suya, sin embargo, eso no quitaba lo mal que me había sentido esos días.

—¿Que está diciendo?

—Nada —respondí al instante—. Solo ha sido mi culpa, cerré los ojos un momento y...

El moreno cerro los ojos suspirando fuertemente haciendo que guardara silencio de golpe, apretando sus puños a sus costados con repentina impotencia. Realmente no quería crear otra discusión ni nada que se le pareciera, pero en esta circunstancia era bastante obvio que las cosas acabarían así.

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