El principio del fin

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Y allí está, otra niña que pierde a sus padres. Pero esta es diferente, las lágrimas que salen de sus tristes ojos azules se camuflan con las gotas de lluvia que caen del cielo gris, como si alguien allá arriba acompañará a la pobre niña en su dolor. De frente, ve una imagen que se quedará grabada en su memoria, a aquellos seres que le dieron la vida, pero sin eso mismo que le regalaron a ella, regalo que después de ese momento parecería más bien una maldición.

A mitad de la calle y completamente paralizada por el shock, la niña se encuentra allí, indefensa, con la mirada perdida, mientras que todo sentimiento de felicidad o tranquilidad se aleja de ella, cayendo en un oscuro abismo del cual no parece haber salida. Sin saber qué será de si, la niña solo vuelve a nuestro mundo cuando uno de los hombres malos y grandes vestidos de azul, trata de llevársela, así como se llevó a sus padres.

El sujeto la agarra de su pequeño brazo e intenta arrastrarla de allí. Pero no, ella no está lista para irse, no como lo hicieron sus padres, aún no. Con todas sus fuerzas, la niña muerde el brazo del hombre logrando que este la suelte para luego correr a un callejón cercano, dejándole como recuerdo a aquel desgraciado una marca en el brazo acompañada de uno de sus dientes de leche.

La niña corre por horas y horas, intentando encontrar un hogar que, francamente, ya no existe y quizás jamás lo haga de nuevo, pero no deja de intentar hasta que sus pies no pueden más, por lo que termina rindiéndose temporalmente. Pero pronto lo hará, pronto encontrará su hogar o eso se dice a ella misma mientras cierra sus ojos aun llenos de lágrimas, lágrimas que ya no se confunden con aquellas gotas del cielo, porque parece que para todo el mundo ha dejado de llover, menos para ella.

Pasan los días; la niña está significativamente más delgada, con su pequeño vestido, que antes era de un amarillo brillante igual que su pelo, y ahora se encuentra lleno de manchas y suciedad. A pesar del rugir de su estómago, la niña no piensa en buscar comida, en este momento su única prioridad es encontrar a sus padres nuevamente, verlos como eran en verdad, no con esas horribles cuencas que tenían entre ceja y ceja la última vez que los vio. Por lo que lo único que se le ocurre es buscar uno de esos dibujos raros de sus padres pegados en las paredes, que había visto en repetidas ocasiones antes de que esos hombres los alejaran de ella.

Sin embargo, la niña buscó por todos lados, siempre alejándose de los hombres de azul. Después de un buen rato, no encontró nada, los dibujos desaparecieron en un momento, tal como lo hicieron los de verdad. Ya empezando a asustarse, la niña buscó entre la basura y allí encontró una sucia hoja blanca y un pequeño lápiz mordisqueado. Con ambas cosas en la mano, corre hacia otro callejón y allí se sienta a dibujar un garabato de esas dos personas que tanto amaba y que tanto miedo tiene de olvidar.

El cielo ya se oscureció, pero para la niña ya no hay ninguna diferencia, después de todo, ¿cuándo fue la última vez que brilló? Para ella ya hacía de eso una eternidad. Y allí se encuentra, acostada en un colchón abandonado en las calles, sabrá dios hace cuanto tiempo, solo acompañada por una manzana en mal estado a medio comer, varios insectos nocturnos y el sonido lejano de personas que parecen tener una vida que a ella se le arrebató.

-Buenas noches, los quiero - dice ya sin lágrimas, pero con un dolor que pocos entenderían mientras abraza con todas sus fuerzas el dibujo que hizo de sus padres. Sale el sol y aunque no quiere despertar, el estómago de la niña pide a gritos un poco de alimento, por lo que ella extiende su mano en busca de esa manzana a medio comer, pero ya no está.

Muchos días y noches pasaron, quién sabe cuántos, porque aunque físicamente sigue siendo una infante, esa niña tuvo que dejar de serlo hace ya mucho. El dibujo que tenia de sus padres se convirtió ya en un garabato arrugado y casi completamente desvanecido, pero aún tiene su vestido, ya sin rastro de ese color amarillo y bastante roto por el tiempo y diferentes encontronazos.

Falacias, Pólvora Y Una Pizca De Verdad: Historias Del Viejo Y Sucio OesteDove le storie prendono vita. Scoprilo ora