Salir del closet

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18.

"¡Henry!" Espetó Jerry, indignado "Pudiste decírmelo. Sabes que pudiste."

"Yo… ¡No! Jerry. No es lo que crees."

"Es evidente que no se puede confiar en ti… Me siento herido y estoy terriblemente decepcionado."

"Jerry… vamos. Me conoces de toda la vida. Sabes que no soy así."

"Eres muy joven para ser nada de eso. Pero si tenías dudas pudiste hablar con nosotros. Hay otras formas. No tienes por qué obligar a otros a quererte."

Tyler corrió y abrazó a Jerry. Tenía lágrimas en los ojos. Para él, aún seguía siendo un niño decente.

"Tuve mucho miedo. Creí que Henry era mi amigo pero me obliga a hacer cosas que no quiero. Quiero irme a casa…"

"Oye, oye… no digas eso." Lo calmó Jerry "Henry no es tan mal chico. Estoy seguro de que no fue su intención aprovecharse de ti."

"¿Qué yo hice… qué?"

"Henry, pedile perdon a tu amiguito en este instante."

"Pero…"

"¡HAZLO!"

Henry, sin entender muy bien, parpadeó dos veces, miró a Tyler, quien lloraba lágrimas de cocodrilo. Y díjole:

"Perdón por… lo siento Jerry ¿por qué estoy disculpándome?"

"Por manipular y abusar de un invitado, que es muy inocente aún."

"Eso… perdón. Supongo."

"Muy bien… ahora dense la mano y asunto resuelto."

"Preferiría no hacerlo." Dijo Tyler "Henry me… asusta ahora. Fue muy malo conmigo, señor. Me amenazó con decirle a todos que uso pañales."

"¡HENRY! ES TU AMIGO, POR AMOR DE DIOS."

"Eso no es cierto, yo…"

"Llamaré a tu mayordomo para que venga por ti, Tyler. Siento mucho lo que pasó. Debes de estar muy traumatizado."

Al final la pijamada acabó antes de tiempo, dejando en Henry el sabor agrio de la derrota. Ese Tyler tenía a Jerry comiendo de la palma de su mano.

El plan de Henry era esperar a que todos se durmieran para decirle al genio que les robara la sangre. Si lo alimentaba bien, seguro podría desear no ser diabetico. Si se iba a quedar como un niño, mínimo podría ser uno sano.

A la mañana siguiente Henry tenía ojeras por dormir mal. Jerry se olvidó por completo de darle su insulina y a él también se le olvidó que la necesitaba. Así que creyó que era insomnio normal cuando en realidad era su cuerpo traicionándolo.

"Buenos días amiguito. Te ves como un muerto. Ya hice tu desayuno, está en tu lonchera junto con tu insulina."

"Jerry, tengo que decirte algo."

"

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