Visita

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11.

"Pero me prometiste un Bowser… ¡quiero mi Bowser! Tú, mentiroso. Tuve que hacer amigos por tu culpa."

Jerry empujaba a Henry al interior del consultorio del dentista. El chico estaba dando pelea.

"Si te portas bien y te dejas sacar el diente te lo doy mas tarde."

"¿No puedes encontrar otro soborno? El bowser ya me lo gané."

"Tú amigo aun no ha ido a casa. Así que no sabemos si es real."

"Va a ir mañana. Y claro que es real… fue el que me pegó."

"¿Qué?" Jerry se detuve en seco. 

Henry, al saber que no saldría de ahí con su diente en boca entró  de todas formas. Mientras le decía al confundido amigo:

"Todo está  bien. Peleamos. Yo gané, hicimos las pases… acabé  llorando y ahora somos amigos."

"No sé oye como una amistad sana."

"Somos niños ¿importa si empezamos siendo enemigos e intentamos enterrarnos vivos el uno al otro?"

"¿HICIERON QUÉ?"

"Era un juego" dijo Henry, ya sentado en la silla del dentista. La asistente estaba poniéndole un babero naranja. "Pero sí acabamos llenos de lodo y tierra".

"Henry. Ese chico parece una mala influencia."

"No… no lo es… bueno. Me hacía bullying y casi me rompe un pie, pero quiero que venga."

"¿Es ese que te quitó tu insulina? HENRY. Ese chico es un monstruo."

"Ejo e impajico… y quiero juaaa co él" intentó articular Henry mientras el doctor tenía un espejo dentro de su boca."

"Señor, según la radiografía si hijo presenta un resto radicular. Lo que quedó  del diente fracturado. La raíz  sigue ahí. Por suerte el diente estaba cerca del recambio. Por lo que tocaba ser mudado."

"¿Me van a sacar la raíz?"

"Así es amiguito" dijo la asistente "Pero no te preocupes, que estoy aquí para tomar tu manito".

"Aléjese de mí señora" se apartó Henry. La chica apenas debía tener unos 25. Pero él le dijo señora para hacerla sentir mal. Odiaba ir al dentista.

"Te vamos a hacer una intervención rápida. No te preocupes, no dolerá."

"¿Me van a poner gas de la risa?"

"No… pero te vamos a poner un líquido mágico que impide que te duela nada. Vas a sentir dormida la boca un rato. Vas a ver que será divertido".

El médico sacó  una jeringa con una aguja MUY larga. Tan larga como el brazo de Henry, tan larga como si le fuera llegar al cerebro. Tan larga que podrían matarlo con eso y tan puntiaguda que de seguro dolía un mucho.

Henry tomó  la mano de la asistente y la apretó con todos sus fuerzas.

Nota:
Sí, lo sé. Este capítulo es más un preludio de otra cosa xD pero hey, lo bueno se hace esperar.

Que pasen un lindo martes.

El Genio Malvado Where stories live. Discover now