-Buenos días princesa -papá desde la puerta de mi habitación me saluda como todos los días acostumbra-. Ya es hora.

-Está bien papá -termino de colocarme mis zapatillas rosas con brillitos-. Enseguida voy.

Papá asiente y sale a la cocina a terminar de preparar el desayuno. Anto se asoma a la puerta con su cabello dorado perfectamente trenzado a ambos lados de sus hombros y una sonrisa resplandeciente.

-Buenos días princesita -le dedico mi más grande sonrisa, la amo tanto-. ¡Feliz cumpleaños!

Me tiende una caja pequeña de color lila con un enorme lazo blanco y una pequeña tarjeta que dice "Para la mejor hermanita pequeña del mundo".

-Gracias tata -mis ojos brillaban de felicidad y curiosidad-. Eres la mejor hermana del mundo mumundial.

-Pues, ¿Qué esperas?, ábrelo - Dice entusiasmada y se sienta a mi lado en la esquina de la cama.

Poco a poco voy quitando el enorme lazo, con cuidado para no dañarlo. Cada que voy abriendo más y más, mi corazón comienza a latir fuerte y acelerado. Hoy me siento mucho mejor que en días anteriores. Y eso que hace una semana tuve una recaída.

Termino de abrir la cajita y me encuentro un hermoso colgante dorado con una pequeña mariposa lila. Es el mejor regalo que me han dado en la vida. Prometo cuidarlo mucho.

-¿Y bien? ¿Te gusta? -no puedo responder, las palabras se han esfumado de mi boca.

-Es... perfecto -le doy un fuerte abrazo y un beso en su mejilla derecha-. Muchas gracias Anto, eres la mejor hehermana.

-Bueno, pues baja que papá te está esperando con tu desayuno favorito. -toma mi pequeña mano y caminamos juntas hasta la cocina.

Anto lleva un vestido azul cielo que combina perfectamente con sus largas trenzas doradas y unas sandalias del mismo color con dos mariposas en cada lado. Ella es fan a las mariposas, y yo también. Son tan libres y hermosas, son dignas de admirar.

Yo llevo puesto un vestido color rosa con un unicornio en medio del pecho. En mi cabello llevo una pequeña coronita de princesa y una coleta bien alta.

Papá nos espera en la cocina y lo noto algo más nervioso de lo normal. Lleva en su mano una bolsa lila enorme y una cajita color rosa con un pequeño lazo blanco de lunares rosas mas clarito.

Al llegar a la cocina me da un fuerte abrazo y me dedica esa sonrisa que solo papá puede dar, una sonrisa llena de amor incondicional.

-Feliz cumpleaños princesa -me tiente la bolsa lila y espera ansioso a que la abra.

Pego un grito y un salto y salgo corriendo a abrazarlo. No esperé lograr tener tantos regalos en un solo día. La bolsa traía un enorme peluche de una princesa pony de color morado y una enorme crin arcoíris. Recuerdo días antes haber pasado por una tienda y quedarme parada delante de una enorme vidriera donde estaba ese peluche en exposición. Le conté a Anto que me encantaba y que soñaba con tener uno.

Luego, papá me tendió la pequeña cajita rosa. ¿Otro regalo?, No pude evitar pensar que ya son suficientes... ¿De quién será? A simple vista parecía que llevaba envuelto años, el papel se veía algo amarillento pero perfectamente cuidado.

Abro el regalo y entonces una pequeña lágrima comienza a salir de mis ojos. Lo primero que veo es una foto de mamá conmigo en brazos en el hospital donde nací, se veía tan feliz, tan viva. ¿Quién iba a pensar que tan poco tiempo después me dejaría para partir a otro lugar?.

Luego encontré una carta con un sobre de color amarillo con pequeñas florecitas y una nota que decía "Para mi pequeña princesa en su cumpleaños número seis". Al fondo encontré una caita más pequeña aún.

La vida después de mi muerte Where stories live. Discover now