Su verdad

3 1 0
                                    

Mi vida, mi luz. Debes saber que mami siempre ha sido una "niña buena", que nunca he hecho nada malo o moralmente reprochable... Porque en aquel verano cometí todos los errores que se pueden cometer en una vida.

Escuchar la historia de Gale no fue uno de ellos. Creer que lo que me contó era todo, que no había nada más... Eso sí fue un grave error que hizo que aún me uniera más a Mikael. No responsabilizo a Gale, él fue otra víctima, ahora lo sé. Tampoco a tu abuela, ella lo hizo lo mejor que supo dadas las circunstancias. Hay veces que las cosas pasan porque tienen que pasar, aunque jodan.

********************************************

- El verano de mis 19 años fue cuando mi... Padre -escupió esa palabra como si le quemara en la boca- enfermó.

Volvió a callarse, estaba buscando las palabras adecuadas. Sabía que todo lo que tenía que ver con el abuelo era tabú para mamá y el tío Gale. De hecho, como ya te dije antes, la auténtica figura paterna de Gale fue mi padre. Recuerdo incluso haber sentido celos de él de cría porque le hacía más caso que a mí.

- Tu padre -prosiguió- vino entonces hasta Suiza para traerme a vuestra casa. Sabía que yo estaba tocando fondo y quería sacarme de esa casa de mierda a toda costa aprovechando que ese malnacido estaba fuera de combate. Tu madre estaba reticente, se preocupaba por ti. Porque yo pudiera ser una mala influencia. Y no le faltaba razón, realmente lo era. Probablemente aún lo sea...

Soltó una carcajada carente de emociones. Le tomé de la mano y se la acaricié, quería hacerle saber que estaba ahí con él, que no iba a dejar que el pasado siguiera atormentándolo. Él me acercó entonces más a él y me pasó un brazo por detrás de la espalda.

- Enana, desde que te vi por primera vez, supe que tú eras luz. Debo reconocer que cuando te conocí, te odié. Odié que tú tuvieras una familia cariñosa, odié que fueras una niña feliz, odié que me sonrieras siempre pese a que te alejaba constantemente de mí, haciéndote la vida imposible. Te odiaba porque todo en ti me recordaba todo lo que a mí me faltaba y me hacía sentir tan mal...

- Gale, yo... Lo siento -susurré- yo no sabía... Yo...

- No Gabriela, no te disculpes, al revés, soy yo quién debería estar de rodillas pidiéndote perdón. -me besó en la sien para reconfortarme- porque a pesar de todo, tú no te rendiste conmigo y al final acabé rendido a los pies de mi sobrinita y de su boca mellada. Era el efecto que tenías en todos los que te conocían. El que aún tienes... Y que probablemente ya haya atrapado a más de uno -esto último no lo dijo precisamente feliz, estaba claro que las palabras de mi madre le habían afectado, pero preferí hacerme la loca, ahora era esta la conversación que teníamos pendiente.

- Pero nada de esto explica lo que pasó y que no logro recordar -le dije cambiando de tema.

- No, esto tiene todo que ver... El último verano que recuerdas yo estaba en plena adolescencia. Sólo pensaba en chicas e, incluso aquí, hacía cosas que ningún adolescente debería hacer y por eso tu madre me mandó de vuelta a Suiza antes de lo previsto...

- Y no te dejó volver más, hasta que cumpliste 19.

Negó con la cabeza. Esa era la historia que yo conocía, la que había escuchado hasta la saciedad. ¿Es que había algo más?

- No, si ese hubiera sido el motivo, tampoco me habrían dejado volver después. A los 15 era un niñato idiota, a los 19... Era una bestia sin escrúpulos. Y ella lo sabía.

Le miré sin comprender. Él se revolvió incómodo y, por primera vez, se alejó de mí. Sentí un vacío muy grande en mi pecho cuando lo hizo. Estaba a pique de llegar al punto de no retorno respecto a mis sentimientos por Gale. Por mi tío. Y eso me asustó incluso más que su relato.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 02 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Cartas a mi hijaWhere stories live. Discover now