Capítulo 11 - ¿ Que sucede mamá?

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Lexa Herman

— Agente Herman ¿Eso es todo en el informe?

Asiento. En la policía, cada caso o cada misión, en resumen, todo lo que se hace, se redacta un informe para que el jefe siempre esté consciente de todo lo que pasa y todo lo que se mueve en el alrededor, literalmente todo es todo. Algo que la gente no cree es que a veces los policías escribimos más que los escritores de las enciclopedias.

— ¿Y no fue posible escuchar nada?

Niego. — Todo pasó muy rápido, no sé si Alexander pudo escuchar algo, sin embargo, yo no pude.

— Ya hablé con él — me explica —. Me dijo que escuchó algunas cosas, pero no era nada de relevancia.

Suspiro.

— Siento que esto fue una pérdida de tiempo.

— Yo no lo siento así — niega el jefe Orson y recuesta su silla hacia atrás quedando medio recostado — al revés, siento que desde que llegaste por fin estamos avanzando — me sonríe — realmente debo felicitarte, eres una gran agente.

Me siento tan bien cuando me dicen esas palabras, me hubiera gustado que viniera de mi padre, pero bueno, debo agradecer que por lo menos alguien lo tome en cuenta, aunque no es precisamente la persona que quería que me lo dijera.

— Muchas gracias, jefe.

— Necesito que le des fin al informe — me indica señalando los papeles que se encuentran regados en la mesa — y cuando lo hagas, necesito que vayas a donde Alexander para que él lo firme también, ya que él hizo este trabajo contigo.

Asiento. No sé si soy la única que siente que todo el mundo busca la manera de que yo tenga que establecer una conversación o respirar el mismo aire que Alexander.

— Muy bien, jefe — recojo todos los papeles en orden —. ¿Necesita algo más?

— No, puede seguir trabajando.

Le doy una última sonrisa, para así salir de su oficina. Automáticamente, el cambio climático se siente en mi piel. En la oficina del jefe hace mucho frío, como si vivieran pingüinos ahí dentro. Aquí afuera es más temperatura ambiente. Bajo rápidamente a mi oficina, creo que luego de esto no tengo más trabajo que hacer, hoy el día ha pasado muy rápido, pero bueno, mejor para mí, de esta forma me voy más rápido a casa y mamá me hace una rica cena.

Llego a mi oficina y veo a mi compañero recostado en su silla, se ve tan relajado usando su computadora. No puedo ver mucho, está lejos y sobre todo sentado, pero aun de este modo se ve sexy con su entrecejo arrugado y su cabello cayendo en la frente de una manera despeinada. Suspiro, parezco una acosadora.

Pienso que sería bueno que vaya ahora, de este modo él me firma el documento y así puedo terminarlo con toda mi paciencia. Me encamino hacia su oficina y aunque se encuentra abierta, le doy un pequeño golpe a la puerta. Sus ojos se voltean hacia mí, para hacerme una seña con la cabeza indicando qué pase. Entro y su perfume inunda mi nariz, es una fragancia fuerte y deliciosa. Como psicópata aspiro un poco para de este modo poder disfrutarla más. Realmente huele muy fuerte y rico.

— Hola.

El idiota no responde, solo me mira como si esperara que yo hablara.

— En... Necesito que firme estos papeles — unos nervios comienzan a seguir y el latido de mi corazón comienza a acelerarse — son los informes que debo entregarle al jefe.

Tomo el atrevimiento de tomar asiento, tengo que hacerlo por lo que veo, él no tiene planes de invitarme a sentarme y no quiero quedarme parada todo el rato.

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