Capítulo 13

459 72 5
                                    

— Hola, Alex — Fluke se apretó el móvil al oído para amortiguar el ruido de los estudiantes que pasaban por el estudio. — Soy yo, Fluke.

— Ah, hola, Fluke — respondió Alex. — Iba a llamarte. Quería que fueras tú el primero en recibir la noticia.

— ¿Qué noticia?

— Me voy a vivir a Canadá. Me voy a casar. Me iré dentro de un mes más o menos.

— Felicidades. Mi madre mencionó algo respecto a que estabas viéndote con alguien del extranjero. No sabes cuánto me alegro por ti.

— Gracias, Fluke — Alex se aclaró la garganta.— He oído que tú y Ohm han vuelto.

— Sí. Estoy muy contento.

— Estupendo. Estupendo.

— Alex, ¿te parece que podríamos vernos para charlar un rato? ¿Mañana o algo así?

— Ahora mismo estoy bastante ocupado; ya sabes, planificando la boda y esas cosas...

— Es muy importante — dijo Fluke. — ¿Y esta noche?

— Escucha, Fluke, lo mejor es que lo olvidemos todo. Es agua pasada, ¿de acuerdo?

— Creo que estoy embarazado.

— Eso es maravilloso, Fluke — dijo Alex. — Es absolutamente maravilloso. Me alegro mucho por ti. Siempre has querido tener un hijo.

— Alex... no lo entiendes — Fluke tragó saliva.— Podría ser tuyo...

Se hizo un tenso silencio.

— Alex, ¿me has oído?

— Sí... Sí, te he oído.

— No sé qué hacer. Estoy muy asustado.

— Fluke, no puede ser mío.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro? — preguntó Fluke.

— ¿De cuántas semanas estás?

— No lo sé, aún no me he hecho siquiera la prueba del embarazo. Lo he estado retrasando. Tengo miedo de decírselo a Ohm.

— Deberías ir a que te viera un médico — dijo él. — Estoy seguro de que me dejará fuera cuando eche las cuentas.

Se hizo otro silencio.

— Alex, Ohm en realidad no me ha perdonado. No estamos juntos otra vez, sólo fingimos estarlo por Bruno y por Jamie...

Fluke le explicó la situación y luego añadió: —Esto va a complicar mucho las cosas. Necesito comprender cómo ocurrió, ya sabes que no recuerdo nada.

— Ya te dije lo que pasó.

— Dímelo otra vez, con todo detalle. No me importa lo embarazoso que pueda ser. Tengo que comprender qué fue lo que me condujo a...

— Lo siento, pero tengo que dejarte, Fluke. Estoy esperando una llamada de Misch en cualquier momento.

— Alex, por favor, yo...

— Déjalo ya, Fluke — dijo Alex, interrumpiéndolo. — No tiene sentido seguir por este camino. Tengo que dejarte. Adiós.

Fluke se quedó mirando a su teléfono móvil, sin comprender su silencio.

La casa estaba muy silenciosa cuando regresó, lo que le hizo sentirse desesperadamente solo. Subió a la habitación, sacó del bolso la caja con lo necesario para la prueba del embarazo y se la quedó mirando durante unos segundos. Quería saber si estaba embarazado y, al mismo tiempo, olvidarse de todo. Era una cobardía, lo sabía, pero acabó metiendo la caja en el cajón donde guardaba su ropa interior, debajo de las prendas de seda. Lanzó un suspiro, se acercó a la cama, donde había dejado el bolso y sacó el teléfono móvil.

Esposo culpable Where stories live. Discover now