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"Yo prometo cuidar tu corazón antes que el mío"
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—Esta es la habitación en la que dormirán.—susurro la chica de cabellos azules con suavidad antes de desaparecer por un oscuro pasillo.

Observó el lugar, y un desagradable escalofrío le recorrió el cuerpo a la vez que inconscientemente se aferraba a la camisa de Itachi. No le gustaba ese lugar, sentía miradas sobre ella desde que ingresó.

—Entre.—fue lo único que dijo Itachi abriendo la puerta a una pequeña habitación con una única cama de tamaño mediano, una mesita a un lado y un pobre bombillo que colgaba precariamente del techo. Las paredes se veían sucias y rápidas, el moho por la humedad era la decoración sobre ellas.

—Hinata-san… estaremos aquí por algún tiempo, y durante el tiempo que transcurra nuestra estancia nesecito que cumpla tres reglas indispensables para nuestra supervivencia. ¿Entiende?—preguntó él, con su voz en un susurro, ella lo observó fijamente, se le veía más cansado y ojeroso, su piel estaba más blanca de lo que recordaba y una fina capa de sudor cubría su rostro, provocando que algunos mechones se adherieran a el.

—Si…

—Para poder permanecer aquí necesito hacer misiones, y no podrá acompañarme a todas, quizás llegue a durar algunos días, un cuervo siempre la acompañará al momento de mi partida, pero en el momento en el que llegue a desaparecer huya de aquí, signifique algo pasó y no podré volver más. Si algo me llegará a suceder huya de este lugar.—susurro con seriedad, y ella asintió algo nerviosa y asustada.

—Está bien.

—No socialice con nadie, las personas en este lugar son malas, son asesinos que no dudarán dos veces para adueñarse de sus ojos y acabar con su vida…

—Entiendo…—susurro cabizbaja, nuevamente su vida corría peligro por sus ojos, más que una bendición, ella los consideraba una maldición a su corta existencia.

—Y por último nunca salga de esta habitación, bajo ninguna circunstancia, a menos que sea para huir de aquí.

—Lo entiendo Uchiha-san.—susurro con voz suave.

—Solo será por un corto tiempo…

—Esta bien…—sonrio levemente.—Mientras Uchiha-san este conmigo cualquier lugar es seguro.—continuó sonriendo, mientras un leve sonrojo cubría sus mejillas sucias.

La observó dormir, y suspiró mientras restregaba su rostro con sus manos, nada absolutamente nada estaba saliendo bien. Con sus propios pies entero a las fauces del lobo arrastrando junto a el a quién debía proteger.

Ya ni siquiera sabía que estaba haciendo.

La observó fijamente, ella era tan pequeña, frágil y débil, que temía que bajo su cuidado terminará rompiéndose, terminará siendo contaminada por Akatsuki, temía que ese lugar corrompiera su pureza. Hinata era un pequeñito rayo de luz en medio de toda esa oscuridad y corrupción que era Akatsuki.

Aún la recordaba, la vio ciertas veces en la aldea, caminando de la mano de su guardián, una pequeña niña de mejillas rosas y grandes ojos blancos, caminando con la elegancia que caracterizaba a su clan. Jamás paso por su mente verla en esa situación, mucho menos aún, en un lugar así y pasando situaciones tan precarias como las vividas junto a él.

Estiró su mano acariciando su corto cabello oscuro. Susurrando una disculpa que sus labios jamás pronunciaron.

Solo será por un corto tiempo. Saldrían de ese lugar antes de que su maldad impregnara la pureza de Hinata.

Solo el sonar de sus pasos se oía por aquellos pasillos oscuros, necesitaba verlo, solo teniéndolo cara a cara sabría la verdad, aquellos ojos no podían mentirle… no otra vez.

—Buenas noches Hiashi-sama.—susurro al entrar haciendo una reverencia a su tío quien leía un pergamino sin mucho interés aparente.

—Neji… ¿Sucede algo?

—Hinata está viva…—dijo haciendo que su tío suspirara y regresará su atención al pergamino.—Usted la hizo desaparecer de Konoha.—susurro mirando fijamente a su tío, prestando atención a cualquier movimiento o expresión que le confirmara dicha información.

—Y según tú ¿Por qué yo haría desaparecer a la heredera de mi clan?.—pregunto con fastidio sin siquiera mirarlo.

—¡No lo sé! Pero ella está viva, en algún lugar Hinata está viva y usted lo sabe, pero ella desapareció el mismo día de la masacre Uchiha, la noticia de su desaparición fue totalmente opacada por la muerte de un clan entero. Eso no puede ser una coincidencia.

—Empieza a creer en las coincidencias Neji.—susurró su tío.

—Hinata…

—¿Quién te metió ideas tan absurdas en la cabeza?.—preguntó él con fastidio.

—Nadie que usted conozca Hiashi-sama.—susurro entre dientes.

—Deja de seguir buscando un cadáver, y concéntrate en tus entrenamientos, es de suma importancia el hecho de que el próximo líder del clan sea un hombre capaz de proteger su aldea y a su clan. Estás próximo a cumplir tu mayoría de edad, y asumir la responsabilidad del clan, no tienes tiempo que perder.

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⏰ Last updated: May 23, 2023 ⏰

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