Storm

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Fueron unos cuantos minutos dando golpes a la puerta mientras gritaba mi nombre.

Me senté en el suelo con la espalda pegada a la puerta.

Creedme que me quedé en blanco,no pensé en nada. 

Solo escuchaba sus gritos .
La garganta me quemaba y las mejillas ardían con el paso de las lágrimas.

Se quedó en silencio durante unos minutos y aunque estaba en trance,sabía que estaba ahí, escuchaba su respiración agitada después de haber gritado tanto.

-Aless aparta de la puerta.

Ni siquiera pestañeé.

-Aless,aparta,voy a tirarla a abajo-el único movimiento que había por mi parte era el de mi pecho bajando y subiendo lentamente-¡Aless!

Mi nombre salió de su boca como una especie de rugido.

-¡Mierda!¡Mierda!-acompañó esas palabras con golpes en la puerta.

Segundos después le escuché bajar las escaleras.

Se fue.

Me asomé a la ventana rápidamente.

Subió a la moto y salió de allí a toda velocidad.

Era de esperar. No podía ser tan fácil.
Nunca fue fácil y ya era hora de que el destino hiciera lo suyo y nos separase.

Me senté en el sofá.

Un trueno irrumpió en el silencio, acompañado de un relámpago que iluminó el oscuro apartamento.

Miraba la televisión apagada,los snacks por el suelo,los globos en forma de corazón esparcidos entre el suelo y algunos pegando al techo

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Miraba la televisión apagada,los snacks por el suelo,los globos en forma de corazón esparcidos entre el suelo y algunos pegando al techo.

Una vez me dijo que ella había sido su primera novia,pero que yo era su primer amor.

El amor de su vida.

Dudaba mucho de esas palabras.
De lo que no tenía duda era de que él si había sido el mío.

Y el dolor de mi alma era lo que me confirmaba que así era.

Marqué a la única persona que nunca me había fallado.
Robin.
Pero su contestador fue lo único que escuché.

Creo que pasaron unas dos horas o dos minutos,ni siquiera lo sé.

Pero la tormenta no cesaba.
El agua no dejaba de caer y no hablaba solo del tiempo,la tormenta de mis ojos no cesó ni un segundo.

Me levanté a mirar por la ventana y aún habían negocios abiertos y coches,muchos coches de aquí para ya.

Era gracioso ver cómo la vida seguía mientras que la de uno mismo podía detenerse .

Mi teléfono empezó a sonar y me acerqué a mirar si era Robin.

Y no,no era ella,sino Gareth.

Las dos primeras veces,no contesté pero a la tercera no pude más.

Sólo Contigo (Eddie Munson)Where stories live. Discover now