Pánico

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Nana tragó grueso. No esperaba que hubiera sido tan poco precavida. Pero no quiso entregarse inmediatamente.

- ¿A qué te refieres? - preguntó despreocupada.
- Sabía que el rey demonio pondría esta clase de obstáculos. Era muy bueno para ser verdad...
Hachi puso cara triste y abrazó a Nana.

- No quiero perderte... - comenzó a llorar - No caigas en sus trucos, por favor.

Nana se sentía bastante confundida, estaba claro que se había dado cuenta de lo que sucedía. Empezó a entrar en pánico. Sintió cómo sus pulmones eran incapaces de jalar aire, inhaló varias veces de manera desesperada sin éxito. Un sudor frío recorrió su espalda. El ritmo de su corazón aumentó. Se sintió tan abrumada que se tiró de rodillas al suelo mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. Su frustración era tanta que a pesar de llevar falda, apenas se percató de que se le encajaban la grava suelta del pavimento en las rodillas, lacerando su piel.

- Yo solo busco hacerte feliz. Nunca haría algo para lastimarte. - dijo entre jadeos. Le costaba muchísimo respirar. Hachi se inclinó intentado ayudarla de manera que no se ensuciara su ropa nueva - Yo ya no podría vivir sin ti... Haría lo que fuera por ti... Porque te quedaras a mi lado...

La chica no dejaba de jadear buscando el aire que no podía retener. Sus inhalaciones se hacían más frecuentes.
Hachi se sentía horrorizada ante la escena, no entendía que le sucedía. ¿Debería llamar al emergencias? ¿Llamarle a los chicos, a Layla? ¿Qué debía hacer? La gente local era tan indiferente, nadie le tendía ayuda a pesar de que las miraban. La impotencia la hizo tirarse de rodillas, con la misma consecuencia que Nana, lamentando un poco que las medias que le acababa de comprar se rompieran.
"Ayuda".
Las lágrimas brotaban a montones de los ojos de Hachi.
No podía seguir lamentándose, Nana la necesitaba ahora.
Al ver que la chica no podía respirar hizo lo primero que se le ocurrió. La tendió en el suelo boca arriba, tapó la nariz de la chica con sus dedos, abrió la boca y la unió con la suya.
Comenzó a exhalar e inhalar fuertemente para hacer a sus pulmones trabajar. Se separó un momento para ver su reacción.

"Nana, por favor"

Nana no respondía.
Continuó con los ciclos una, dos, tres, cuatro, cinco veces. La sensación del suelo era tan incómoda, lastimaba y se notaba pegajosa de algo que prefería desconocer. "No es momento de pensar en eso". Despejó el rostro de Nana haciéndole el cabello a ambos lados, dándole espacio nuevamente esperando respuesta.

"Por favor"

Las lágrimas no dejaban de fluir de los ojos de ambas. Hachi no entendía qué la había puesto así. ¿Por qué le decía eso de repente? A pesar de todo mantuvo la calma y continuó intentando.

- Nana, aquí estoy, siempre estaré a tu lado - dijo mientras acariciaba su mejilla.

Notó como la tensión del cuerpo de la chica se desvanecía lentamente. Un par de minutos después dio una gran bocanada de aire, un suspiro, y fue capaz de respirar por si misma. Seguía tendida en el suelo, tomó la mano que la chica había posado sobre su mejilla.
Hachi se recostó sobre ella, se sentía feliz de que estuviera mejor. Se levantó primero y le tendió la mano a Nana para que se apoyara.
Cuando ésta se hubo levantado, Hachi le sacudió el polvo y piedritas que se habían impregnado en su ropa.

- Vámonos.

———

Las chicas se sentaron en una banca de Central Park.

- ¿Qué sucedió? - preguntó Nana, un poco avergonzada.
- Te desmayaste, no podías respirar.
Nana asintió, entendiendo.

- Realmente me preocupaste. ¿Te sientes mejor o vamos al médico?
- Ahora me siento bien... No sé por qué pasó eso. Debe ser por la contaminación del aire que hay aquí.- dijo Nana, aprensiva.
Hachi la miró preocupada. Sintió como su estómago le exigió alimento mediante un retortijón.

Destino (Nana x Hachi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora