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Hoseok se encontraba sentado en el sofá, comiendo una galleta de arroz que Hyung Sik tenía en una bandeja de de plata, el vampiro comía con suma tranquilidad mientras en las comisuras de sus labios, se hacían pequeños camanances. La puerta de aquella caballa fue tocada, el joven vampiro sonrió de forma amplia al darse cuenta que el tipo ya había regresado, incluso había planeado en esas horas como podía convencer al hombre y quedarse a vivir en ese lugar con él.

Cuando abrió la puerta, su rostro palideció, dejando caer la mitad de la galleta sin terminar, unos intensos ojos rojos se enfocaron sobre él, una piel muy pálida y una sonrisa que dejaba ver unos finos y afilados dientes, pero lo que estremeció al joven vampiro fue esa fuerte aura asesina proveniente de ese extraño. Jung Hoseok pegó un grito desgarrador, trató de cerrar la puerta, pero Jakcson la detuvo a tiempo, el menor corrió al interior de la cabaña buscando donde esconderse.

—¡Hola, criatura!—gritó un emocionado Murkesht. Hyung Sik le dio un golpe en la cabeza—¡Que demonios!

Hoseok se giró con casi lágrimas en la esquina de sus ojos, al ver a Hyung Sik, sintió un gran alivio, se escondió detrás del hombre mas alto, el cual solo le miró de pie a cabeza, con suma tranquilidad.

—¿Q-quién es este horripilante ser?—chilló el más joven, aferrándose a la chaqueta de Hyung Sik, quien se limpió un poco la nieve sobre sus hombros.

—¿Qué clase de ofensa es esa?—chilló Jakcson con un puchero en sus labios, puso su mano sobre su pecho, se dio tres suaves golpes—Yo...¡Soy tu papi!—sonrió espléndido y extendió sus brazos—¡Ven y dale un abrazo a tu padre!

Hoseok pegó otro grito del miedo al ver de nuevo los dientes del tipo, sus nervios no pudieron más ante la rafaga de sorpresa y noticia, cayendo al suelo desmayado. Hyung Sik y Jackson miraron rápido el cuerpo del joven sobre el suelo.

—Bravo, ahora parecías justo un pervertido—le reclamó aquel vampiro que tomó entre sus brazos al joven Jung y lo levantó con cuidado. Se acercó al sofá hasta acomodarlo, cubriendo el cuerpo con la manta.

—Pensé que funcionaria.

—¿Se te olvida que tu apariencia no es para nada agradable? incluso el líder te tenía asco cuando sonreías—dijo refiriendose a su antiguo maestro de pelea.

—¿De qué hablas? ese tipo me adoraba a morir, yo era el favorito del grupo de exterminio...¿Qué habrá pasado con ese tipo, ahora era cabecilla de su familia?—dijo dudoso con una mueca al final.

—Si, es el cabecilla de los Toferghent. No se te olvide que si se da cuenta que estas en sus terrenos, ordenará matarte.

—¡Pero si me quiere!

—Si te quiere...pero ver muerto y enterrado bajo tierra.

Jung Hoseok abrió los ojos con lentitud, miró al frente, viendo a los dos tipos conversar con total tranquilidad.

—Oh, ya despertó—susurró Jakcson tratando de no sonreír para no asustar a su hijo, al ver los ojos color miel, sus cejas se enarcaron ante la sorpresa, había heredado el color de su madre y también su hermosa nariz, suspiró un tanto serio—¿Yo hice esa criatura? no se parece en nada a mí—masculló quejoso.

—Imaginate lo horripliane que sería si se pareciera a ti—le contestó sin tacto alguno Hyung Sik, el cual se cruzó de brazos, enfocando su mirada sobre su medio hermano.

—¡Hola, criaturita!—exclamó Jakcson sonriendo un poco menos abierto de sus labios y movió sus manos.

Hoseok volvió a pegar un grito y por pura reacción al ver que el tipo se había acercado demasiado a su espacio personal, le ofreció una bofetada, se ocultó de nuevo detrás de Hyung Sik, como si el extraño de la cabaña lo fuera a proteger de cualquier monstruo. Jackson tocó su mejilla derecha, sorprendido por la pesada mano de su hijo.

Namseok|| NoblesseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora